lunes, 18 de octubre de 2010

No. 34 Erotismo irreverente: María Magdalena, por Lefebvre


Título: María Magdalena en la cueva
Autor: Jules Lefebvre (FRA)
Fecha de composición: 1876
Técnica: Óleo sobre Tela
Sede: Museo Hermitage, San Petesburgo



Jules Lefebvre es un pintor francés del siglo XIX que ha caído en el olvido. La verdad es que no encuentro una razón suficiente que justifique este olvido. Por el contrario, las pocas obras que he visto de él me parecen muy bien logradas, llenas de vida y en ocasiones de un intenso erotismo. El dominio de la figura humana es más que evidente; magistral, me atrevería a decir.


La pintura que ahora les ofrezco supuso un escándalo mayúsculo en la sociedad conservadora en Europa, y desde entonces ha sido relegada, menospreciada y censurada. Independientemente de lo irreverente que pueda ser María Magdalena en la Cueva -desde luego entiendo por qué la obra podría resultar ofensiva-, si la consideramos desde el punto de vista pictórico y nos circunscribimos al deleite estético que nos proporciona, no habría razón para privarnos de ver semejante pieza. (Además, deberíamos asumir que esta María de Magdala todavía está poseída por los siete demonios -¡no uno ni dos, sino siete terribles y lujuriosos demonios!- y que aún no ha entregado su vida a Cristo; me parece que tampoco el pintor ha querido ser irreverente). Desde el punto de vista estrictamente artístico, la obra de Lefebvre es encantadora, sublime y habla por sí misma. La belleza de la mujer desnuda que aparece en el lienzo difícilmente pude encontrar rival en la pintura romántica europea.

Así pues, queridos amigos, espero que encuentren inspiración y regocijo en este cuadro. Créanme que la experiencia estética que proporciona es indescriptible.

Reciban todos un abrazo.

VENUS ReX

lunes, 11 de octubre de 2010

No. 33 Dios como arquitecto. La filosofía en la pintura. Blake, uomo universale.


Título: The Ancient of Days
Autor: William Blake
Sede: British Museum, London
Dimensiones: 23.3cm x 16.8cm

Queridos amigos:

Blake es uno de los grandes artistas británicos. No sólo un excelso pintor, sino también un sublime poeta, Blake merece ser calificado como Uomo Universale.



Dios como Arquitecto (en realidad el título del cuadro es The Ancient of Days, que es una forma de decir "Dios"), pintado en 1794, nos revela el credo estético del genio: "El mundo espiritual goza de supremacía frente al mundo material. El verdadero artista es, pues, profeta, because he or she is given divine insight". Me cuesta trabajo encontrar una adecuada traducción para esta última frase. Dejémoslo en los siguientes términos: al artista le ha sido conferido el insight divino. (No sé, pero esta terminología me recuerda al gran filósofo canadiense Lonergan.)

Máscara mortuoria de Blake
En fin, Dios como Arquitecto más que apuntar hacia un demiurgo, ilustra, según veo las cosas, la quinta vía de demostración de Dios de Tomás de Aquino: el universo entero obedece a un orden, y todo orden supone una inteligencia ordenadora (a pesar de lo que digan las teorías del caos). Desde este punto de vista, Dios no es sólo Creador del Universo, sino también el Supremo Ordenador. Todos los seres estamos sujetos a ese orden, querámoslo o no, y aquel que logra establecer el vínculo con la sinfonía cósmica y coopera en el Plan Providencial, sin duda se aproxima a la Divinidad. Me parece que esta es la idea en torno a este majestuoso cuadro. (Claro que Blake, como buen inglés no era tomista, pero por lo menos me consuela saber que tampoco era humiano, de lo contrario jamás hubiera pintado un cuadro como el que ahora les envío). Ojalá lo disfruten.
Blake, por Phillips

Cada vez más gente se une a estas tertulias estéticas. Recientemente se han incorporado queridos amigos a quienes no veía desde hace algún tiempo. A todos ellos les doy la más cordial bienvenida. A todos los demás les agradezco su paciencia y sus amables atenciones y comentarios.

Hasta la próxima.

VENUS ReX

lunes, 4 de octubre de 2010

No. 32 C.D. Friedrich: el verdadero sentido del romanticismo


Título:
Caminante sobre el mar de niebla (Der Wanderer über dem Nebelmeer)
Autor: Caspar David Friedrich
Técnica: Óleo sobre tela
Dimensiones: 98.4cm x 74.8cm
Sede: Kuntshalle, Hamburgo

Queridos amigos:

En las primeras décadas del siglo XIX, Alemania pudo ver a algunos de sus ilustres hijos alcanzar inmortalidad: Goethe, Beethoven, Hegel, Novalis y Friedrich, por mencionar algunos.
Beethoven, por Stieler
Novalis, por Gareis
Friedrich, por Kügelgen
Goethe, por Stieler




Los tiempos en que un Dios providente tenía  bajo su potestad el destino de la humanidad y la historia del mundo, habían ya pasado; el soberbio sueño de la razón -la ilustración del XVIII- no correría mejor suerte. Y por eso surgió el romanticismo: el hombre se encontró sólo frente al mundo, indefenso ante los poderes de la naturaleza, insignificante frente al destino. Pero el hombre podía romper su condición mundana y convertirse en héroe, trascender las fronteras, volar y llegar a las cumbres. "Sobre todas las cumbres está la paz", dijo alguna vez Goethe.

Newton, de Blake
El caminante sobre el mar de niebla (1818) es una de las obras más representativas del romanticismo alemán. Friedrich pintó al hombre que llega a la cumbre, al hombre que se da cuenta de su pequeñez, y al mismo tiempo se alza como un gigante que contempla el cosmos. No es el Newton de un Blake, cuyo compás y trazos revelan los secretos de la naturaleza y de Dios y le convierten en dominador, sino la visión poética del hombre que ha llegado a la cúspide no para dominar, sino para ser partícipe del éxtasis universal; la visión poética del hombre que ha llegado a la cúspide para hacerse Uno con el Absoluto. Ahí radica la heroicidad del hombre romántico (donde "romántico" nada tiene que ver con Los Panchos, Chamín Correa o los Romances de Luis Miguel, with all due respect). Y en el ascenso tendrá que luchar con los dragones que gobiernan las ciudades y esclavizan a los hombres.

Quienes son capaces de conmoverse con esta visión, tal vez sean capaces de romper las cadenas de la banalidad y proyectarse hacia las cumbres.

Ojalá se regocijen con esta sublime obra.

Un abrazo a todos.
Venus ReX