Título: Pandora
Autor: John William Waterhouse
Dimensiones: 91cm x 152cm
Técnica: Óleo sobre tela
Estimados Amigos:
Recientemente leí, en una publicación española especializada en Historia, que el origen de la palabra inglesa woman (mujer) es la unión de dos voces: por un lado "woe", que significa pena, pesar, tristeza, aflicción, sufrimiento; y, por otro lado, "man", que, como todos sabemos, significa hombre. Así las cosas, woman vendría a significar algo así como "la aflicción o pena del hombre". Desde luego, aunque el inglés es un idioma neutro (en el sentido de que es "asexuado", o carente de género -así, chair, table, violin, car, watch, book, etcétera, no son ni masculinos ni femeninos, como sucede en el español, portugués, italiano, francés, etcétera-), el origen de esta voz nos revela un machismo, y, por tanto, un matiz sexista. Se los comento a propósito del cuadro de esta semana. El mito de Pandora se parece al mito de Eva, porque en ambos la mujer vino a joder (perdonen la expresión) la situación. Veamos.
Después de la osadía de Prometeo -cuenta Hesíodo en Los Trabajos y los Días-, era necesario reestablecer el equilibrio de la justicia entre los mortales. Zeus colérico exclamó:
"¡Japetónida (es decir, Prometeo) conocedor de los designios sobre todas las cosas!
Te alegras de que me has robado el fuego y has conseguido engañar mi inteligencia,
enorme desgracia para ti en particular y para los hombres futuros.
Yo a cambio del fuego les daré un mal con el que todos se alegren de corazón
acariciando con cariño su propia desgracia."
Ya sabemos cuál fue el horrible castigo de Prometeo. Para los mortales el padre celestial tenía preparado algo peor. Ordenó a Hefesto modelar de la tierra una doncella a la que Atenea enseñó toda clase de útiles labores, Afrodita regaló irresistible sensualidad y Hermes dotó de cínica mente y carácter voluble. Así pues, queridos amigos, Pandora fue la primera mujer.
Como la Eva bíblica, Pandora estaba destinada a desatar el mal en el mundo. De acuerdo con la tradición -el mismo Hesíodo lo comenta-, los hombres vivían libres de todo mal, no tenían que trabajar para subsistir y no existían las enfermedades; una especie de Edén alla greca. No obstante, los hombres (simbolizados por Prometeo) desafiaron a Zeus y pensaron que podían dominar el fuego de la ciencia. Así las cosas, era necesario un castigo. Pandora, en lugar de comer manzanas, abrió una misteriosa caja que contenía, por obra del Crónida, todos los males. Desde entonces los hombres pagan con sudor y penas su osadía.
Nuestro viejo conocido inglés, John William Waterhouse, nos regala con su inigualable arte el momento preciso en que Pandora liberó todos los males al mundo. La Pandora de Waterhouse es más hermosa de lo que el dios tullido pudo haber hecho, ¿no creen? Lo mismo podríamos decir de la sensualidad regalada por Afrodita en contraposición a la sensualidad que nos brinda nuestro pintor. Sin embargo, no veo la mente cínica que supuestamente puso Hermes. Por el contrario, Waterhouse nos muestra una doncella cuya inocencia es irresistible. Tal vez en ello radique el terrible peligro.
En fin, disfruten esta bellísima obra de la corriente pre-rafaelista.
Reciban todos un abrazo.
VeNuS rEx