Un ángel asesino
Me besa y me controla.
Mi alma yace sola
En un páramo perdido.
Un sol hoy me aprisiona
Y una musa me vigila,
Mientras mi espíritu mendiga
La noche larga que zozobra,
La noche rala que no es negra,
La noche crespa que no es pura.
La noche mía es amargura,
La noche mía es rosa y yerma.
Un rostro bello se dibuja
En el aire denso que respiro.
La música inaudita que yo escribo
se me clava a veces como aguja
en esta vena desolada
de mi ser exacerbado.
Ya no estás más a mi lado,
triste alma abandonada.
Convulsa y clandestina
Es la existencia que me mata,
Es la existencia que me ata,
Es la existencia que asesina.
En una torre suspendida,
custodiada por dragones,
vive mi alma con los eones
y la diosa fementida.
En una torre lenta y roma,
Prisión de mis pensares,
Moran las ninfas y avatares
Y vive el recuerdo de tu aroma.
Soy un fantasma sublevado,
Soy un espíritu que ha muerto,
Soy un fantasma que hoy ha vuelto
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