Título:
Caminante sobre el mar de niebla (Der Wanderer über dem Nebelmeer)
Autor: Caspar David Friedrich
Técnica: Óleo sobre tela
Dimensiones: 98.4cm x 74.8cm
Sede: Kuntshalle, Hamburgo
Queridos amigos:
En las primeras décadas del siglo XIX, Alemania pudo ver a algunos de sus ilustres hijos alcanzar inmortalidad: Goethe, Beethoven, Hegel, Novalis y Friedrich, por mencionar algunos.
Beethoven, por Stieler |
Novalis, por Gareis |
Friedrich, por Kügelgen |
Goethe, por Stieler |
Los tiempos en que un Dios providente tenía bajo su potestad el destino de la humanidad y la historia del mundo, habían ya pasado; el soberbio sueño de la razón -la ilustración del XVIII- no correría mejor suerte. Y por eso surgió el romanticismo: el hombre se encontró sólo frente al mundo, indefenso ante los poderes de la naturaleza, insignificante frente al destino. Pero el hombre podía romper su condición mundana y convertirse en héroe, trascender las fronteras, volar y llegar a las cumbres. "Sobre todas las cumbres está la paz", dijo alguna vez Goethe.
Newton, de Blake |
El caminante sobre el mar de niebla (1818) es una de las obras más representativas del romanticismo alemán. Friedrich pintó al hombre que llega a la cumbre, al hombre que se da cuenta de su pequeñez, y al mismo tiempo se alza como un gigante que contempla el cosmos. No es el Newton de un Blake, cuyo compás y trazos revelan los secretos de la naturaleza y de Dios y le convierten en dominador, sino la visión poética del hombre que ha llegado a la cúspide no para dominar, sino para ser partícipe del éxtasis universal; la visión poética del hombre que ha llegado a la cúspide para hacerse Uno con el Absoluto. Ahí radica la heroicidad del hombre romántico (donde "romántico" nada tiene que ver con Los Panchos, Chamín Correa o los Romances de Luis Miguel, with all due respect). Y en el ascenso tendrá que luchar con los dragones que gobiernan las ciudades y esclavizan a los hombres.
Quienes son capaces de conmoverse con esta visión, tal vez sean capaces de romper las cadenas de la banalidad y proyectarse hacia las cumbres.
Ojalá se regocijen con esta sublime obra.
Un abrazo a todos.
Venus ReX
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