martes, 4 de enero de 2011

No. 42 Hacer el amor agota a los hombres, pero refresca a las mujeres. Erotismo renacentista.


Autor: Sandro Botticelli
Nacionalidad: Italiano
Fecha de composición: 1483
Dimensiones: 173cm x 69cm
Sede: National Gallery, London

Estimados amigos:

Venus y Marte es la obra que ahora les presento. Su autor es un viejo conocido nuestro: Sandro Botticelli, y esta pieza fue realizada alrededor del año 1483. Se trata de una alegoría mitológica cuyo indiscreto tema sirve para celebrar bodas. En efecto, todo parece indicar que esta obra se pintó como presente de una boda; de ahí su deliciosa picardía y sus connotaciones eróticas.



El cuadro muestra a Venus, la diosa del amor, y a Marte, el dios de la guerra, luego de haber compartido los placeres del lecho. Ella está despierta y observa al amado con cierta serenidad. Él, por su parte, está exhausto, como muerto, tanto que ni las travesuras de los sátiros (uno de ellos sopla el caracol en la oreja del dios) ni las avispas que vuelan alrededor de su cabeza son capaces de interrumpir el dulce sueño. Dicen por ahí que “hacer el amor agota a los hombres pero refresca a las mujeres” (Erika Langmuir, a propósito de este cuadro, en Obras Maestras de la National Gallery, Londres, 2001). Cierto. Más aún, el amor todo lo conquista. El amor es más fuerte que la guerra.





Lo más sobresaliente del cuadro, lo que realmente es un derroche de belleza, es el rostro de la diosa. Algunos investigadores sospechan que se trata de Simonetta Cataneo, esposa de Marco Vespucci, amante de Giuliano de’Medici (hermano del mismísimo Lorenzo); y su constante aparición en obras de Botticelli ha hecho suponer a muchos que algún estrecho vínculo debió existir entre esta bellísima mujer y el gran pintor. Sea como fuere, lo cierto es que esta mujer se ha convertido en el prototipo de la belleza renacentista. Y no es para menos. Hagan zoom-in en el rostro de la diosa y compruébenlo ustedes mismos.





Ojalá disfruten este espléndido cuadro.

VENUS ReX

2 comentarios:

  1. Súmamente interesante, mi querido Venus. Hay otros detalles que omites, de los que destaco sólo uno evidente: que después de hacer el amor los hombres los vence el sueño y permanecen desnudos, mientras que las mujeres se visten y quieren platicar. PR.

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