jueves, 6 de agosto de 2015

Enola Gay. La bomba atómica cae sobre Hiroshima. Bob Dylan y la lluvia ácida


Agosto 6, 1945. El Enola Gay lanza Little Boy sobre Hiroshima. Los norteamericanos no querían quedarse tan atrás de los alemanes y los rusos en cuanto a barbarie se refiere. Y ciertamente lo lograron. Una de las fechas más tristes de la humanidad.

He aquí una de las mejores canciones de Bob Dylan, sobre el peligro atómico: A hard rain is a-gonna fall. La traducción es mía; la hice hace años. (Todavía hay quienes dudan que Bob Dylan sea un gran poeta... Estos versos deben erradicar cualquier vacilación)





¿Dónde has estado, hijo mío de ojos azules?
¿Dónde has estado, pequeño adorado?
Yo he deambulado al lado de doce montañas nebulosas,
He caminado y me he arrastrado en seis carreteras torcidas,
Me he parado a la mitad de siete bosques tristes,
He estado enfrente de una docena de océanos muertos,
He estado diez mil millas en la boca de un cementerio…
Es una lluvia ácida la que va a caer.
¿Y qué has escuchado, hijo mío de ojos azules?
¿Qué has escuchado, pequeño adorado?
Yo escuché el sonido de un trueno que rugió una advertencia,
Escuché el rugido de una onda que podría ahogar el mundo entero,
Escuché cien hombres que tocaban tambores y cuyas manos emitían luces cegadoras,
Escuché diez mil susurros que nadie escuchaba,
Escuche a un hambriento, escuché a muchos riendo,
Escuché la canción de un poeta que murió en el desagüe,
Escuché a un payaso que lloraba en un callejón…
Es una lluvia ácida la que va a caer.
¿Con quién te encontraste, hijo mío de ojos azules?
¿A quién te encontraste, pequeño adorado?
Yo me encontré a un niño al lado de un pony muerto,
Me encontré a un hombre blanco que paseaba a un perro negro,
Me encontré a una joven con el cuerpo quemado,
Me encontré a una niña que me dio un arcoiris,
Me encontré a un hombre herido de amor,
Me encontré a otro hombre, estaba herido de odio…
Es una lluvia ácida la que va a caer.
¿Qué harás ahora, hijo mío de ojos azules?
¿Qué harás ahora pequeño adorado?
Yo me voy antes de que la lluvia empiece a caer.
Me dirigiré a las profundidades del más denso y negro bosque,
Donde los pueblos son muchos y sus manos están todas vacías,
Donde balas envenenadas contaminan sus aguas,
Donde el hogar en el valle es la prisión húmeda y sucia,
Donde la cara del verdugo está siempre bien escondida,
Donde el hambre es terrible y las almas son olvidadas,
Donde negro es el color, donde nada es el número…
Y lo diré y pensaré y gritaré y respiraré,
Y lo reflejaré desde la montaña para que todas las almas lo vean,
Y después caminaré sobre el océano hasta que me hunda,
Y sabré bien mi canción antes de que empiece a cantarla.

Es una lluvia ácida la que va a caer.



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