lunes, 5 de julio de 2010

No. 19. Erotismo Noruego: la Madonna de Munch

Estamos en tiempos de Mundial, y Noruega ni siquiera fue. Aprovecho este par de días sin soccer para publicar una entrada. Seguro les gusta.

La Madonna que ahora les presento fue realizada en 1894 por el más grande pintor que ha dado Noruega: Edvard Munch (1863-1944). Sí, el del famoso Grito. Con este cuadro, nuestro artista se convirtió en el fundador del expresionismo, título de capital importancia en la historia del arte contemporáneo.

La sensualidad de esta Madonna es intensa, casi insoportable. Según algunos expertos, en ella se conjugan erotismo y tragedia, pues, al parecer, el fondo ondulado sugiere la existencia de un alma atormentada (como el propio pintor). Es curioso, pero varios artistas e intelectuales escandinavos sufrieron algún tipo de trastorno mental: he ahí el músico Karl Nielsen (Dinamarca), el filósofo Soren Kierkegaard (Dinamarca) y el mismo Munch (Noruega). Me parece que la influencia de Van Gogh (otro neurótico) en esta obra es evidente.
La pretensión estética de Munch, por lo demás muy bien lograda, consistió en expresar los sentimientos y deseos más profundos del ser humano. Esta conmovedora y provocativa Madonna es un excelente ejemplo de sus logros. Desde mi punto de vista, lo más sublime del cuadro es el rostro. La perfección de las facciones, especialmente la nariz, deja a cualquiera sin aliento, casi en éxtasis. Lo ojos cerrados son tan expresivos que el efecto se hubiera frustrado de estar abiertos. La boca parece suplicar por un beso. En suma, la tremenda voluptuosidad de esta obra es sobrecogedora; contemplamos el deseo en su más bella, intensa y sensual manifestación.

Deseo que todos ustedes tengan una experiencia estética con este cuadro.
Hasta la próxima,
VENUS REX

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