lunes, 7 de marzo de 2011

No. 50 A que nadie adivina lo que hay en este cuadro. Magritte: el "giro copernicano" en la pintura.

Título: Lo engañoso de las imágenes.


Autor: René Magritte (belga. n. Lessines, 1898. m. Bruselas, 1967)
Fecha de composición: 1929.
Dimensiones: 60 x 81 cm.
Residencia: Los Angeles County Museum of Art.



Estimados amigos:

En esta ocasión les envío un cuadro de Magritte. Se trata, al parecer, de un pipa. Sin embargo, una leyenda expresa con claridad:
Ceci n’est pas une pipe (esto no es una pipa). Si no se trata de una pipa, entonces ¿qué es?



Me gustaría, si me lo permiten, hacer una especie de juego con ustedes. Observen el cuadro y traten de averiguar qué es. El propio Magritte les advierte que no es -como a todas luces parece ser- una pipa. No obstante, el 100% de la gente que pasa desapercibida la leyenda de inmediato dice: ¡vaya, se trata de una pipa! Pero la verdad es que Magritte tiene razón. Lo que aparece en el cuadro no es una pipa. ¿Entonces qué es?

Sería muy interesante conocer sus opiniones [desde una perspectiva lúdica y de retroalimentación, claro está; y no porque yo quiera indagar sus conocimientos artísticos, lo cual sería ridículo de mi parte]. Así que, si no tienen inconveniente y disponen de unos minutos, envíenme sus interpretaciones. (A mis amigos filósofos, artistas e historiadores del arte les suplico que no vayan a “soplar” la respuesta, si es que la saben).

Les puedo adelantar dos pistas:

  • Primera: el cuadro lleva por título “Lo engañoso de las imágenes”.
  • Segunda: Recuerdan el “giro copernicano”. Nicolás Copérnico descubrió, en la primera mitad del siglo XVI, que la tierra no era el centro del universo, que era uno más de tantos planetas que giraban alrededor del sol. Ahora bien, esto pareció ridículo y hasta ingenuo, pues era más que obvio, para los hombres de esas épocas, que la tierra, de acuerdo con la cosmovisión imperante, era el centro del universo. Pero Copérnico tenía razón. Más tarde, a finales del siglo XVIII, Kant dio el “giro copernicano” a la filosofía. Hasta entonces se daba por hecho que había una “realidad” allá afuera, un “orden” que el intelecto podía conocer. Esto era claro y obvio. Pero Kant se preguntó no por la “realidad externa” que se puede conocer, sino cómo conoce la razón y cuáles son las condiciones y posibilidades del conocimiento; es decir, empezó al revés, por la facultad cognoscitiva. Se dio cuenta que el sujeto es quien da unidad al mundo, y no que dicha unidad pertenezca al mundo como algo suyo. Con esto, cambió radicalmente el curso de la filosofía. Finalmente, en lo que a artes plásticas se refiere, Magritte dio el “giro copernicano”. La concepción del arte cambió completamente, no sé si para bien o para mal, pero cambió.

Quedo en espera de sus valiosas opiniones.

Reciban todos un fuerte abrazo.


VENUS

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