jueves, 27 de septiembre de 2012

Hippies, Psychodelia, LSD, Al-Qaeda, Jenízaros y la película que enfureció a los musulmanes

Cápsula Histórica
 
Hippies, Psychodelia, LSD, Al-Qaeda, Jenízaros y la reciente película que puso furiosos a los musulmanes




Todos conocemos la política de Estados Unidos en medio oriente: salvaguarda de los intereses petroleros que tienen en la región, apoyo total a Israel, desconfianza ante los planes de explotación nuclear de Irán, debilitamiento de los regímenes afines a esta nación, combate frontal a toda forma de terrorismo e intervención, ya directa o indirecta, en los países que fomentan o cobijan el terrorismo. Y para ello cuentan con uno de sus más fieles e incondicionales aliados: Israel.

Sin entrar en teorías conspiracionistas -en las que no creo-, quiero hacer una observación a propósito de la reciente película que provocó la indignación de un sector importante del Islam, lo que a su vez generó ataques a algunas embajadas y consulados de Estados Unidos en la región y la muerte de varios diplomáticos norteamericanos en Benghazi, Libia. Y esta observación en realidad es una ironía difícil de creer.
 
El protagonista del film que ha puesto iracundos a los fundamentalistas islámicos es un actor que guarda gran parecido con un miembro destacado de Al-Qaeda: Adam Pearlman, mejor conocido como Adam Yahiye Gadahn, uno de los miembros de mayor jerarquía de esa organización terrorista. Y los islamistas recalcitrantes están furiosos no tanto porque el papel de Mahoma lo interprete un actor que se parece a este jerarca de Al-Qaeda, sino porque, según ellos, el film ofende de manera imperdonable sus creencias fundamentales. Digamos que un importante sector del mundo islámico está viviendo la censura y el fanatismo que en su momento vivió Europa durante el dominio de la Iglesia Católica –no es prejuicio contra la Edad Media; ya lo explicaré en otro post–. Y no nos sorprendamos, porque en 1988 fundamentalistas católicos quemaron el cine donde se exhibía “La última tentación de Cristo”, de Martin Scorsese, y varias personas resultaron heridas, algunas de ellas gravemente quemadas. ¡Y esto sucedió en París, una de las ciudades más liberales del mundo! Ahora podrán comprender –no justificar, claro– lo que pasó en Benghazi hace unas semanas.
 
La ironía que deseo mostrar es esta: Adam Yahiye Gadahn es norteamericano. Nació en el apacible y hermoso estado de Oregon. Además de ser norteamericano, Adam es de origen judío. Su padre fue Phil Pearlman, uno de los representantes de la psychodelia de los 60’s. Phil Pearlman, como Cohen, Dylan y otros judíos que incursionaron en el rock, fue un hippie consumado que probablemente experimentó con narcóticos y desarrolló una música altamente “pacheca”. Me interesé por Phil Pearlman a partir de un disco que escuché de su banda: Relatively Clean Rivers. Escuchar el disco fue como comer un brownie de marihuana o consumir LSD. Así que, amigos –y esta es la ironía–, uno de los más importantes miembros de Al-Qaeda –quién sabe, en el futuro podría ser el máximo líder de esa organización– no solo es americano, sino también judío. Es un fruto, per accidens, de la cultura hippie que pregonaba el “Peace & Love” y el “Make love, not war”. Y ahora es la versión más actual y mortífera de los antiguos jenízaros que, como ustedes sabrán, eran el cuerpo de elite de los otomanos; un cuerpo constituido por cristianos que habían sido abducidos desde niños y que habían sido adoctrinados para abrazar la palabra de Mahoma. Durante siglos, los jenízaros fueron el terror de los cristianos. Las cosas no han cambiado mucho desde entonces –me refiero al enfrentamiento de la cristiandad contra el Islam-. Solo cambian los protagonistas. 
 
Comuna hippie de finales de los años 60.

Si quieren el disco de Relatively Clear Rivers, con gusto se los doy por Internet, para que se pongan pachecos, auditivamente, claro está.

Reciban todos un abrazo. 
Venus Rex.
Venus Rex, el humilde servidor de todos ustedes
 

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