Los fantasmas de Francesca y de Paolo aparecen ante
Dante y Virgilio, en el Infierno
Autor: Ary Scheffer (1795-1858)
Óleo sobre tela
Dimensiones: 171x239cm
Residencia: Louvre, París
Hay tres grandes amores
imposibles que acabaron en tragedia, en la literatura y en el arte occidental:
Romeo y Julieta, Tristán e Isolda y Paolo y Francesca. Abundan obras de arte
inspiradas en estas parejas. Hoy me voy a referir a una de ellas, que pinta el
momento exacto en que los fantasmas de Paolo y de Francesca se aparecen ante
Dante y Virgilio en el Infierno, según narra el canto V de la Divina Comedia.
La historia de Paolo y
Francesca es esta: el padre de Francesca ha concertado el matrimonio de ella
con Giovanni Malatesta, hijo del señor de Rimini. Giovanni es feo y está
deforme, y esto lo sabe muy bien el padre de Francesca. Temiendo que ella
pudiera rechazarlo antes de la boda, se le ocurre que el matrimonio de
Francesca y Giovanni sea por poder (mandato), práctica común en la época. Y quien aparece
en representación del contrayente Giovanni es nada menos que su hermano, el
hermoso Paolo. No hace falta decir que de inmediato los jóvenes se enamoraron. Así las cosas, el matrimonio es contraído y Francesca es
llevada hasta su esposo. La impresión debió ser terrible para la chica. No
debió extrañar a nadie que, tarde o temprano, Francesca y Paolo empezaran a
sostener encuentros sexuales. En uno de estos encuentros fueron descubiertos
por Giovanni, quien, lleno de ira, les mató. Como se trató de un caso flagrante
de adulterio, Giovanni no sufrió ningún castigo. La moral pública hizo de Paolo
y de Francesca moradores del infierno. También Dante colocó a Giovanni en el
infierno (canto XXXII).
Esta historia, a
diferencia de la de Romeo y Julieta y la de Tristán e Isolda, fue verídica. Fue
un caso real que sucedió en Rimini, en la segunda mitad del siglo
XIII, y del cual se tuvo conocimiento público en toda Italia, dada la jerarquía
de los personajes. El acontecimiento fue tan escandaloso que Dante lo incluyó
en su Divina Comedia, compuesta alrededor del año 1300, lo cual significa que,
más de quince años después del asesinato de Francesca y de Paolo, aún se hablaba
del asunto en toda Italia.
Ary Scheffer, pintor
franco-holandés, nos ofrece en este cuadro el momento en que los fantasmas de
Paolo y de Francesca se aparecen ante Dante y Virgilio, según se narra en la
Divina Comedia, Canto V.
Imaginen al infierno como
un cono compuesto por nueve círculos o capas, el primero de los cuales es el
más ancho y el noveno conforma la punta del cono. El infierno empieza con el
Limbo, en ese primer círculo, y va bajando hasta la punta. Conforme los pecados
son más graves, los pecadores van ocupando los círculos más profundos:
Círculo 1: Limbo
Círculo 2: Lujuria
Círculo 3: Gula
Círculo 4: Avaricia
Círculo 5: Ira
Círculo 6: Herejía
Círculo 7: Violencia
Círculo 8: Fraude
Círculo 9: Traición.
No voy a explicar cada uno
de estos círculos, porque me saldría de tema. Solo diré que la lujuria es el
menos grave de los pecados que se castigan en el infierno, según la visión de
Dante. La lujuria consiste en que la concupiscencia toma el control de la razón
y hace que el hombre sólo viva para el placer carnal. El castigo, en la
cosmovisión medieval que Dante expone magistralmente en la Divina Comedia,
consiste en que las almas de los condenados son arrastradas sin rumbo por
tremendos vientos. Así como la razón es arrastrada por el impulso de la
concupiscencia, así el alma es arrastrada eternamente por este viento. Por ello
en el cuadro de Scheffer los amantes aparecen volando, como claramente se
aprecia en el pelo de Francesca.
La borrasca infernal,
que nunca cesa,
en su rapiña lleva a
los epíritus;
volviendo y golpeando
les acosa.
(Infierno, canto V, 31-33)
Pero viéndolo bien, los
amantes no parecen estar sufriendo tanto. De hecho Paolo parece que está en
éxtasis mientras Francesca le abraza, arrobada, embelesada. Y si esto es
correcto, entonces Virgilio y Dante asumen un actitud voyerista. La mirada de
Dante, observen bien, se dirige inequívocamente al derrière de Francesca,
mientras Virgilio, conmovido, se muerde las uñas. Sea como sea, la actitud de
todos es ambigua, pues si para ciertos observadores están sufriendo, para otros
están en éxtasis.
Francesca narra a Dante
cómo fue besada y seducida por Paolo:
Leíamos un día por
deleite,
cómo hería el amor a
Lanzarote;
solos los dos y sin
recelo alguno.
Muchas veces los ojos
suspendieron
la lectura, y el rostro
emblanquecía,
pero tan solo nos
venció un pasaje.
Al leer que la risa
deseada
era besada por tan gran
amante,
éste, que de mí nunca
ha de apartarse,
la boca me besó, todo
él temblando.
Galeotto fue el libro y
quien lo hizo;
no seguimos leyendo ya
ese día.
(Infierno, Canto V, 127-138)
Lancelot besa a Ginebra. Fotograma del filme First Knight. |
Resulta que Francesa y
Paolo leían la leyenda de Lancelot y Ginebra. Como ustedes saben, Lancelot
(Lanzarote) sedujo a la reina Ginebra, esposa del rey Arturo. Gallehault
(Galeotto) hace que Lanzarote y Ginebra se reúnan, sin saber que existe amor
entre ellos y sin saber que en ese encuentro harían el amor. Por eso dice
Francesca que “Galeotto fue el libro”, es decir, el libro propició que el amor
se desbocara, primero en un beso, y luego en el acto sexual (“no seguimos
leyendo ya ese día”).
Mientras escribo estas
líneas escucho el imponente poema sinfónico de Tchaikovsky basado en esta
historia. El poema sinfónico lleva por título Francesca da Rimini. Se los
recomiendo ampliamente. Aquí les dejo a Semyon Bychkov dirigiendo a la Royal Academy of Music Symphony Orchestra:
Estoy en medio de una experiencia estética: la música
de Tchaikovsky, el poema de Dante y el cuadro de Scheffer. ¡Qué más puede uno pedir!
Reciban todos un fuerte
abrazo.
Venus Rex
Válla, felicíto a quién publicó esta información interesante. La verdad no conocia mucho de estos dos prsonajes tan controverciales.
ResponderEliminarUna descripción literaria de un evento amoroso, lujurioso que no permitie al observador ignorar tanta belleza y esplendor del gran amor que la apasionada Francesca profesa a la virilidad de Paolo .
ResponderEliminarY asi será el infierno? el de Dante ...si
Siempre me sorprendio que Dante, pusiera en el segundo circulo la lujiria y en el tercero la gula. Por lo que él refiere, los pecados por amor son menos severos que los pecados por comida. Pues si es así, me doy permiso de ser lujuriosa, si el inferno lo vivire atada a mi amor en vuelta en un tornado...jajaja. Al final, la gula no es lo mio.
ResponderEliminarPues ya escucharon a Dulce! Los pecados del amor no son tan graves. Les agradezco mucho a todos sus comentarios y espero que sigan visitando mi blog.
ResponderEliminarInteresante tu comentario porque puede verse desde varios puntos de vista. Cuando vuelves a leer la Divina Comedia te encuentras com otras relecturas.
ResponderEliminarMe podrían decir exactamente el motivo de porque ellos están en ese círculo, que los llevo a estar allí?
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminaroigan resumanlo porfissssssss
ResponderEliminaroigan resumanlo porfissssssssssssssss
ResponderEliminargracias muy amables. avisenme porfisssss amikssssss
ResponderEliminar