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martes, 15 de julio de 2014

Revolución Francesa y Nacimiento de Estados Unidos

A propósito del 14 de julio

La Revolución Francesa y el nacimiento de los Estados Unidos

Kirsten Dunst, en el papel de la Reina María Antonieta


Dos de los movimientos más importantes y trascendentes de los últimos siglos son la revolución francesa y el surgimiento de los Estados Unidos. Estos acontecimientos son coetáneos y curiosamente sus respectivos inicios se fijan en el mes de julio. Estas dos revoluciones son las que han determinado, para bien o para mal, la concepción misma del Estado, sus límites, los derechos de las personas y la libertad, no sólo en occidente, sino en el mundo entero.


 Es verdaderamente interesante echar un ojo a los datos que nos presenta el historiador británico Niall Ferguson en su más reciente libro, “Civilization”, publicado por Penguin Books en 2012. No me voy a referir a todos los datos que presenta, sino sólo a los que tienen que ver con el costo de vidas humanas de cada uno de estos movimientos.

Sorprendentemente nos damos cuenta que la cuota de vidas que cobró la independencia y surgimiento de los Estados Unidos es pequeña. Claro que una sola vida perdida es muy lamentable, pero uno imaginaría que el número de bajas tendría que haber sido bastante más alto. Y no.
 

Ferguson cita estadísticas del Departamento de Defensa de los Estados Unidos: en la guerra de Independencia contra Inglaterra murieron 4435 patriotas y fueron heridas 6188 personas. Aunque no da las cifras de las bajas inglesas, calcula que en todo caso fueron mucho menores. Una cifra verdaderamente modesta para los estándares europeos.

 
Mel Gibson en la película "El Patriota"



Goya: Saturno devorando a sus hijos
En cuanto a la revolución francesa, es perfectamente aplicable la alegoría de “la revolución devorando a sus propios hijos”. Si entendemos la Revolución Francesa en sentido lato e incluimos las guerras napoleónicas (que fueron la exportación de los ideales revolucionarios), las bajas son infinitamente superiores. Ferguson, apoyado en varios estudios, señala que cerca de 3.5 millones de personas perdieron la vida en las guerras de Francia en Europa entre 1792 y 1815. A estas cifras habría que agregar las personas que murieron en Francia a causa de la represión interna y el terror: 17 mil franceses ejecutados después de proceso; entre 20 mil y 40 mil franceses fueron a la guillotina sin un debido proceso; de 80 mil a 300 mil los franceses que perdieron la vida en la rebelión realista de La Vendée. Estos datos son francamente impresionantes.

No es de extrañar que la letra de “La marsellesa” sea un canto sediento de sangre, como el mismo Ferguson señala. 


Veamos:

Contra nosotros se alza el sangriento
estandarte de la tiranía!
¿Escucháis en los campos el estruendo
de estos feroces soldados?
Vienen hacia nosotros
a degollar las gargantas de nuestros hijos y esposas!
¡A las armas, ciudadanos!
¡Formad batallones! ¡Marchad, marchad!
¡Que la sangre impura [de estos asesinos]
corra por los surcos!
¡No perdonéis a estos déspotas sangrientos!
En efecto, eso fue exactamente lo que sucedió.
 



Publicidad del perfume "Opium", de la firma francesa Yves Saint Laurent


lunes, 6 de mayo de 2013

Genitales femeninos en el arte. Courbet: El origen del mundo


Los genitales femeninos en el arte

Título: El origen del mundo
Autor: Gustave Courbet (Francia)
Estilo: Realismo
Fecha de composición: 1866
Dimensiones: 46 x 55 cm
Residencia: Museo d’Orsay, París.



Gustave Courbet es, sin duda alguna, el más grande expositor del realismo francés. El realismo fue (y es) una corriente cuyo credo estético consiste en ser lo más fiel a la realidad. En el siglo XX esta corriente fue muy criticada porque el arte dejó de ser figurativo. La actual versión del realismo es el hiperrealismo.

"El sueño"
Ya he tenido ocasión de comentar algún cuadro de este pintor, y dicha entrada se mantiene como una de las más visitadas de mi blog. Me refiero a “El sueño”, obra que muestra a dos mujeres en la cama (haz clic aquí para ver la entrada "Lesbianismo en el arte"). Yo creo que el cuadro que ahora les presento, y que lleva el sugestivo título de “El origen del mundo”, será muy bien recibido por todos ustedes.

"El origen del mundo", exhibido en el Museo d'Orsay, París

Pero volvamos al “Realismo”. La siguiente frase, atribuida a Courbet, resume la esencia de este movimiento:
“¿Me piden que pinte un ángel? Nunca he visto un ángel. El día que vea uno, lo pintaré.”
En efecto, Courbet pinta paisajes, escenas cotidianas, sensuales desnudos. No existen los grandes temas mitológicos ni religiosos. En este sentido, la pintura de Courbet no es pretensiosa. Lo único que quiere nuestro artista es apegarse lo más posible a la realidad.

"Mujer con medias blancas"
“El origen del mundo” es una obra que causa opiniones encontradas. Desde su creación y presentación, allá en 1866, fueron muchos los que encontraron este cuadro sucio, indecente, repugnante, pornográfico; supongo que es porque creen que el sexo femenino es también sucio, indecente y repugnante, y que su representación pictórica sólo puede pertenecer al ámbito de la más vulgar pornografía. De hecho este cuadro no fue expuesto públicamente sino hasta ¡1988! Es más, hace apenas unos años (2009), la policía de Braga, Portugal, incautó ejemplares de un libro que tenía como portada “El origen del mundo”, y en 2011 Facebook deshabilitó la cuenta de un usuario que había puesto este cuadro en su perfil.
Goya: "Maja desnuda"
Por mi parte, encuentro esta obra maravillosa; tan maravillosa como el sexo femenino. “El origen del mundo” exhibe el sexo de la mujer tal cual, sin embellecimiento ni toques manieristas o tremendistas. Fue el primer cuadro en presentar explícitamente el vello del pubis, aunque hay que decir que la “Maja desnuda” de Goya los esboza sutilmente (en su momento, ese cuadro también fue considerado pornográfico). Antes, los pintores no pintaban nada en esa parte de la anatomía femenina, como si se tratase de una muñeca Barbie.


Hoy en día, “El origen del mundo” se ha ganado un lugar de preeminencia en el arte erótico y se ha constituido en una de las principales atracciones del Museo d’Orsay, en París. He tenido la dicha de ver esta obra “cara-a-cara”, si se me permite la expresión.  Es tan realista que dan ganas de tocarla.
Este cuadro demuestra que no hay nada sucio ni vergonzoso en el sexo femenino; al contrario, esta obra demuestra que el sexo femenino es tan hermoso que siempre debió ser tenido en consideración por el arte.
Y para finalizar, y como encore, les presento este póster de la artista serbia Tanja Ostojic, de 2005. Lleva por título “EU panties”. Y la verdad es que no sólo parodia a Courbet; principalmente parodia a la Unión Europea.
EU Panties, 2005

Tengan ustedes un excelente día. Ah, y no dejen de leer mi libro "Sexo Bíblico", que lo pueden encontrar en amazon. El ebook sólo cuesta 2,99 dólares americanos:
Venus Rex

miércoles, 9 de noviembre de 2011

No. 66 Cristo Hipercúbico de Dalí. ¿Catolicismo Surrealista? Con Dalí todo es posible.

Título: Cristo Hipercúbico. 
Autor: Salvador Dalí  (español. n. Figueras, 1904-m. Figueras, 1989)
Fecha de composición: 1954.
Dimensiones: No disponibles.
Técnica: Óleo sobre Lienzo.
Residencia: No disponible.



Estimados amigos:

Dalí es una de las principales figuras del arte en el siglo XX. Si consideramos que él y Picasso fueron quizá los pintores más famosos de ese siglo, entonces el lugar de España en las artes plásticas fue de primerísimo nivel. De hecho, desde los grandes pintores barrocos, España no había tenido figuras tan relevantes –Goya es la excepción–.




Dalí sin duda fue un gran genio. Controvertido, cierto, pero a fin de cuentas genio. En un principio irreverente, escéptico, fanfarrón, extravagante, egoísta, loco, pero siempre genial. Esta actitud desafiante le valió amigos y enemigos por doquier. Sabemos, salvo mejor opinión de ustedes, que Dalí fue el pintor surrealista de más peso. Y también sabemos que el surrealismo, en pocas palabras, es Freud llevado al terreno de las artes. Y las ideas de Freud, sexuales a más no poder, repercutieron, no sé si de modo grotesco o sublime, en las obras surrealistas. El contenido erótico de Dalí es intenso, explícito, amenazador. Pero no me voy a referir a ese aspecto. Me voy a referir a una especie de conversión sufrida por nuestro artista. Una conversión extraña, insólita y, dados los antecedentes, casi incomprensible. Dalí fue siempre el escándalo y el dolor de cabeza de los sectores católicos más conservadores. No obstante, a partir de 1949 incursionó en el terreno religioso.

Hay tres obras clave en esta etapa: “La última Cena”, el “Cristo de San Juan de la Cruz”, y el “Cristo Hipercúbico” que ahora presento.




¿Qué podemos pensar de aquel joven Dalí que se mofaba de la religión y ridiculizaba, junto con Buñuel y otros surrealistas, las jerarquías católicas? Y de pronto cambia la actitud. Ahora tenemos un Dalí que habla de “un renacimiento religioso sobre la base de un Catolicismo progresista”. Ahora tenemos un Dalí que pinta Madonnas y Cristos. Ahora tenemos un Dalí cuyo credo artístico reza: “integración, síntesis, cosmogonía, fe”. Increíble viniendo del autor de “Virgen autosodomizada por los cuernos de su propia castidad” (obra que pertenece a la colección Playboy; ¡virgen que, por cierto, representa a su propia hermana!). 
 
 

Increíble si se trata del autor del “Gran Masturbador” (sin comentarios). ¿Qué pasó con Salvador Dalí? Incluso, según una monografía editada por Taschen, en un momento dado llegó a pedir la aprobación del Papa para uno de sus cuadros. ¿Se estaba burlando? Con Dalí nunca se podía saber.

Pero nada de lo dicho importa. Lo que importa es la perfección, la grandeza, la infinita belleza del Cristo Hipercúbico. Un Cristo surrealista. Y es que, a fin de cuentas, si entendemos bien qué significa la palabra “surrealismo”, por lo menos desde el punto de vista etimológico (“sobre la realidad”), y dejamos a un lado todas las ideas freudianas, podemos buscar un término sustituto que se acerque más a nuestros condicionantes culturales: “sobrenatural”. Toda religión está en el ámbito de lo sobrenatural. Por esta razón, vale decir que toda religión es, en cierto sentido, surrealista. Esto lo digo, desde luego, con todo el respeto y cuidado posibles, para evitar malos entendidos. Este Cristo de Dalí es sublime. Pocas las ocasiones en que el genio humano ha sido capaz de captar lo sobrenatural. Y menos aún las ocasiones en que el genio humano ha sido capaz de plasmar lo sobrenatural en un lienzo. Creo que Dalí se acerca mucho, si no es que de hecho alcanza, esta perfección. Por eso el Cristo Hipercúbico maravilla; por eso el Cristo Hipercúbico inspira; por eso el Cristo Hipercúbico conmociona a quien lo ve. Nadie, creyente o ateo, puede permanecer indiferente. ¡Gala en oración es un plus! Magnífica obra.

En fin, un aspecto de la pintura de Dalí que hay que subrayar.

Reciban todos un abrazo!!!!
Venus ReX

lunes, 17 de enero de 2011

No. 44 Saturno devorando a sus hijos. Goya.

Título: Saturno devorando a su hijo.
Fecha de composición: 1820.
Pintor: Francisco de Goya y Lucientes (1746-1828).
Medidas: 146 x 83 cm.
Residencia: Museo del Prado, Madrid.


Estimados amigos:

Las “pinturas negras” tal vez sean las obras más geniales de Goya. Estas obras también son conocidas como las pinturas de la “Quinta del Sordo” (no confundir con la Quinta Sinfonía de Beethoven, que a fin de cuentas también es la “Quinta del Sordo”), porque, como ustedes sabrán, Goya padeció sordera, además de haber comprado una quinta de descanso a las afueras de Madrid, justo a orillas del Manzanares.

Beethoven
Goya


Pues bien, en esta quinta había dos grandes salas (recordemos que nuestro pintor fue un hombre rico –el arte ya dejaba lo suyo, y lo mismo puede decirse de Beethoven) que fueron decoradas con las famosas “pinturas negras”, catorce en total, fruto del extraño y perverso amalgamiento de locura y genialidad. Ahora les presento el Saturno devorando a su hijo, remembranza del horror arcaico.

El mito dice que Saturno (en griego Crono) castró a su padre, Urano. Temeroso Crono de que a él pudiera ocurrirle algo semejante, devoraba a sus hijos en cuanto nacían. Horrible suerte sufrieron Hestia, Deméter, Hera, Hades y Poseidón. La madre Rea, cansada de su marido (quien además era su hermano), decidió salvar al nuevo bebé, ni más ni menos que el poderoso Zeus. Ofreció, pues, una piedra al terrible Cronos y éste la devoró pensando que se trataba de su hijo. Zeus fue ocultado y protegido, y con el tiempo creció y se hizo fuerte, hasta que llegó el día de la venganza. Después de beber una pócima, Crono vomitó ilesos a sus hijos. Hubo una guerra, y Zeus, victorioso, instauró el nuevo orden universal.

No hay que extrañarse de Freud cuando nos brinda horrendas explicaciones sobre el origen de la religión, teniendo en cuenta que analizaba y estudiaba estos mitos. Por su parte, Goya nos muestra ese lado oscuro de una humanidad que, para nuestra sorpresa, no ha cambiado mucho desde los viejos tiempos. Los monstruos nunca desaparecen.

Grabado de Goya
¿Qué significa este cuadro? ¿Una alusión a la Inquisición? ¿Un crítica del absolutismo? ¿La razón devorado a sus hijos? Porque en 1820, fecha de composición de esta obra, Fernando VII (el peor rey que ha tenido España) ya estaba en el trono, y con él de vuelta el Absolutismo y la Inquisición. El sueño del iluminismo terminó devorando a sus propios hijos, a través de la guillotina. Goya nos muestra que la razón crea monstruos.

Espero que disfruten esta genial obra. Otro día diré algunas palabras sobre los paralelismos entre Goya y Beethoven, quienes, por cierto, fueron contemporáneos, aunque nunca se conocieron. Pero esta es otra historia.

Reciban todos un saludo afectuoso.

VENUS ReX