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lunes, 16 de julio de 2012

¿Dios creó el mundo, o fue el Demonio?


Cápsula Filosófica No. 4
¿Dios creó el mundo, o fue el Demonio?
El beso del vampiro, de Boris Vallejo
El mundo sensible resulta tan imperfecto y tan lleno de miseria, que uno se pregunta si realmente es la obra de un Dios perfecto y todopoderoso.
Platón no concebía cómo Dios pudiera crear tanta fealdad, de modo que simplemente negó que el mundo sensible proviniera de la Idea Absoluta de Bien. Entonces habló del demiurgo

Para algunas corrientes gnósticas, el demiurgo es Yahvé, dios del antiguo testamento, a quien conciben como un ser despiadado, cruel, celoso y vengativo. Creó el mundo como parodia del mundo espiritual creado por Dios. Cuando Satán intentó advertir a los hombres, a través de la figura de Adán, que estaban sirviendo al demonio, Yahvé se dio cuenta, se vengó de Satán y castigó severamente al hombre.
Estas ideas podrían parecer descabelladas, pero nos remiten al problema filosófico del mal, que abordaré más adelante. Por ahora que baste con citar a Schopenhauer: 

Si Dios ha hecho este mundo, yo no quisiera ser Dios. La miseria del mundo me desgarraría el corazón. 

 O esta otra: 

Si nos imaginamos la existencia de un demonio creador, hay derecho a gritarle, enseñándole su creación: "¿Cómo te has atrevido a interrumpir el sacro reposo de la nada, para hacer surgir tal masa de desdichas y angustias?"
Reciban todos un abrazo, pero no de este vampiro.
Venus ReX

miércoles, 6 de junio de 2012

Atracción Sexual y Filosofía

Cápsula Filosófica No. 3
Ley de la atracción sexual, según Schopenhauer


¿Por qué los hombres no pueden resistirse ante un bonito derrière
Obama y Sarkozy
 Tampoco las mujeres, si les atrae un hombre, pueden contenerse. 


 ¿Por qué? 

Hay muchas respuestas. 

Arthur Schopenhauer
Veamos la de Schopenhauer (†1860). Este agudo filósofo alemán habla de una Voluntad de vivir; una Voluntad (la Naturaleza), con mayúscula, que se manifiesta en el instinto y en la conciencia de cada individuo. El sentimiento de amor se apodera del sujeto y lo hace esclavo e instrumento de la Voluntad (Naturaleza), y así ésta logra sus fines: que la especie se perpetúe. Si uno dirige su deseo hacia otro, a través de la mirada o de las palabras, no es por otra cosa que por considerarlo compañero o compañera sexual. 

JLo
Diría el filósofo: si yo veo pasar a una chica y detengo mi mirada en su derrière, es porque me parece una buena compañera sexual con la cual podría tener buen sexo, y, en consecuencia, con la cual podría tener descendencia. Y lo mismo ellas cuando no pueden evitar ver a un hombre. 

Ya decía Freud que todo individuo quiere poseer sexualmente a todos aquellos que sean objeto de su deseo. 

El amor romántico, diría Schopenhauer, es la manifestación cursi de esa fuerza ciega, arrebatada y egoísta. 

Así que ya saben amigos, amigas: nada de “oh, me gusta tu espíritu", o "ah, tu forma de ser", o "cielos, tu ser interior", y menos aún un "oh, Dios, me importa lo de adentro, no lo de afuera” y cosas por el estilo. 
Las realidad no es tan inocente como uno cree.
Abrazos y besos a todos!

VeNuS rEx
 

miércoles, 16 de marzo de 2011

No. 51 La no-pipa de Magritte frente al realismo de Richter. Dos grandes del siglo XX.

Título: Ema – Akt auf einer Treppe (Ema – Desnudo en una escalera).



Autor: Gerhard Richter (alemán. n. Waltersdorf, 1932)
Fecha de composición: 1966.
Dimensiones: 200 x 130 cm.
Técnica: Óleo sobre tela.
Residencia: Museum Ludwig, Colonia.

 
Estimados amigos:

¿Qué tal lo pasaron con Magritte y la famosa pipa? Pues claro que no era una pipa, sino la
representación de una pipa. Un muy querido amigo me escribió: “no es un pipa, porque no la puedes agarrar y fumártela”. Y tiene toda la razón. Se trata, en todo caso, de la representación de una pipa, cosa muy distinta que una pipa. 
He ahí el giro copernicano: el arte no tenía por qué ser representativo; es más, el arte iba a romper con la representación, y de una manera por demás violenta.

Schopenhauer
Esto me recuerda a Schopenhauer: “El mundo como voluntad y representación”. No es que el mundo objetivo exista allá afuera; es la voluntad quien se lo crea. Y así, en el siglo XX cualquier cosa puede ser arte, siempre que así lo quiera el artista; se trata de un acto de voluntad, más que de técnica o de creatividad. Por eso –y aquí abundan los abusos y las malas intenciones– cualquier manifestación, por absurda que sea (recordemos la “Línea blanca sobre fondo blanco”), puede pasar por arte. De ahí que el siglo XX sea, en este rubro, un verdadero caos donde conviven genialidad y esnobismo. Pero sigamos a la genialidad.



Richter
Hay un pintor alemán, cuya técnica perfecta reivindica al arte moderno. Se trata de Gerhard Richter, nacido en 1932 (hasta donde sé, sigue vivo). Sus trazos son tan precisos como una fotografía. Es más, su estilo se conoce como foto-realismo. Pinta lo que el ojo ve, con una maestría muy difícil de superar. Se trata de un hiperrealista. Pero no por ello sus cuadros dejan de ser fantásticos. Observen este desnudo: es tan real y al mismo tiempo tan fantasmal. ¡Maravilla de los sentidos! 




Como encore les envío otra obra, de este mismo pintor, aún más real, si tal cosa es posible. Se trata de
Betty, la hija del maestro, retrato que rompe totalmente con la tradición del género (el rostro de la muchacha ni siquiera lo vemos, aunque su presencia es más real que si la viéramos caminando en la calle). Algunos han negado que se trata de un retrato, como si sólo los rostros fueran susceptibles de ser retratados; como si el rostro fuera la única fuente del carácter y la personalidad. Por eso este cuadro es tan notable. Se trata de óleo sobre tela, y la obra está fechada en 1988. Desgraciadamente no está exhibida en museos, pues pertenece a la colección privada del maestro, de modo que nos tendremos que conformar con el “Art Book” de Phaidon.





En fin, son dos obras tan reales como fantásticas.
Estoy seguro que los disfrutarán.


VENUS