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martes, 29 de octubre de 2013

El nombre de la rosa, de Umberto Eco. Filosofía, Teología y trama policiaca

El nombre de la rosa, de Umberto Eco

Filosofía y Teología en una trama policiaca
Por Venus Rey Jr

El nombre de la rosa
Umberto Eco
Editorial Lumen, 670 pp.
Calificación: 

 No pierdas tu tiempo
 Solo para fans del autor o interesados en el tema
 Vale la pena leerlo
 Muy recomendable
 Absolutamente imprescindible

Ahora comparto con ustedes “El nombre de la rosa”, del italiano Umberto Eco.
Se trata de una novela filosófica y policiaca, llena de referencias y simbolismos; una novela fascinante que causa adicción.

Guillermo de Baskerville y Adso von Melk, en la película de JJ Annaud
Destacan seis líneas argumentativas entre las muchas de la complicada trama:

1. Una serie de asesinatos dentro de una abadía al norte de Italia. Las víctimas son monjes.

2. La investigación de dichos asesinatos por parte del franciscano Guillermo de Baskerville y su discípulo, el joven Adso von Melk.   

3. La disputa doctrinaria para determinar si la postura franciscana de la pobreza es o no herejía. La disputa será dirimida por representantes del papa y de los franciscanos en esta misma abadía.

4. Un proceso inquisitorio incoado por el terrible Bernardo Gui. Este personaje representa el fanatismo y la intransigencia del clero.

5. El ocultamiento de un libro por parte de Jorge de Burgos, bibliotecario de la abadía. Este libro contiene un secreto que nadie debe saber.

6. La breve historia de amor entre el novicio Adso von Melk y una joven mujer, que se ve involucrada en el proceso inquisitorial.

Valentina Vargas y Christian Slater en una escena del film "El nombre de la rosa", basado en la novela de Eco.

Además de estas líneas argumentativas, están las referencias filosóficas y literarias. No me puedo referir a todas, pero por lo menos sí a estas:

Edición italiana
1. Guillermo de Baskerville es fraile, es franciscano y es escocés, igual que el filósofo nominalista William of Ockham. Entre líneas leo la disputa entre la escolástica clásica del siglo XIII y el nominalismo del XIV, éste último piedra inaugural del empirismo. Y leo que en esa disputa triunfa el nominalismo. El incendio de la biblioteca es una metáfora de la caída de la escolástica. El mismo título de la novela, que casi nadie entiende, es eso: el nominalismo: stat rosa pristina nomine, nomina nuda tenemus (de la rosa solo queda el nombre).

2. Jorge de Burgos, cuya lengua es el castellano medieval, es Jorge Luis Borges, cuya lengua es el castellano moderno. Los dos son venerables ancianos, eruditos, guardianes de libros y están ciegos. Pero la referencia no es tanto a sus personas, sino a que la biblioteca de la abadía –estructura y arquitectura, fantásticas, por cierto– está inspirada en dos relatos del argentino: la “Biblioteca de Babel” y “El sendero de los caminos que se bifurcan”. Ambos relatos aparecen en el volumen "Ficciones".

Jorge de Burgos, según el film de JJ Annaud

3. El supuesto libro II de la “Poética” de Aristóteles, cuya única copia resguarda Jorge de Burgos, contiene un secreto que nadie debe saber, so pena de perder la vida. Todos lo monjes que han leído ese libro han muerto. ¿Cuál es el terrible secreto que contiene? No sé si decirlo, porque podría estropear la lectura que de esta novela esté haciendo alguien. Lo diré, así que si no quieren saber, ya no sigan leyendo: la risa. 

Alegoría de la lujuria, de Bronzino
La risa, según Jorge de Burgos, es diabólica, denota ligereza, frivolidad, lascivia; según él, Cristo nunca rió –no conozco ningún Cristo en el arte occidental que aparezca riendo–. Jorge de Burgos ha envenenado las páginas del supuesto libro II de la “Poética”, que trata sobre la risa, y como los monjes que lo leen usan saliva para cambiar la página, pues mueren. 

Una vez que Guillermo de Baskerville descubre los crímenes, Jorge de Burgos prefiere que la biblioteca entera arda y todo su saber se pierda, antes de que el supuesto libro de Aristóteles caiga en manos del fraile. La caída de la biblioteca y de la abadía –así como la muerte del inquisidor Bernardo Gui– representa, entre líneas, la caída del medioevo y de la intransigencia religiosa.

Guillermo de Baskerville intenta en vano salvar libros mientras la biblioteca arde

Podría escribir mucho más acerca de esta extraordinaria novela, pero nada como leerla. 

Me despido comentándoles que tal vez la rosa sea esa chica con la que el joven Adso von Melk perdió la virginidad, esa misma chica que es torturada cruel e injustamente durante el proceso inquisitorial. Esa hermosa chica fue el único amor en la vida de Adso, quien en el libro de Eco es el narrador, y narra desde la ancianidad. Y de esa chica (la rosa) ni siquiera Adso conserva el nombre. El nombre de la rosa.

Escena del film "El nombre de la rosa", de JJ Annaud.

 Como todos los libros que leo, la fecha de fin de lectura fue el 5 de noviembre de 1998.

Venus Rey Jr, también conocido como Venus Rex

lunes, 13 de mayo de 2013

Wagner: Orgía en el Monte de Venus

Tannhäuser, de Wagner: Orgía en el Monte de Venus.
Tannhäuser. Producción del Gran Teatro del Liceo, Barcelona

La confrontación del amor espiritual y del amor carnal desemboca en una tensión irresoluble. Pocas son las composiciones musicales que han logrado expresar esta tensión. Una de ellas es la ópera Tannhäuser, de Richard Wagner. Su obertura es un compendio maravilloso de esa tensión.
 
Producción del Gran Teatro del Liceo, Barcelona



Producción del Teatro Real, Madrid
Existen varios temas y motivos en esta obertura musical. Por un lado tenemos el coro de los peregrinos, tema solemne, reflexivo, profundo, que nos remite a la penitencia y a la esperanza de alcanzar el perdón. Inicia con dos clarinetes, dos cornos y dos fagotes en la tonalidad de mi mayor. Inmediatamente después entra ese tema cromático, místico, en las cuerdas y en los alientos. Y luego, como traídos por heraldos celestes, irrumpen los trombones. Esta sección inicial termina como empezó: con los cornos, los clarinetes y los fagotes cantando el tema de los peregrinos.


Producción del Teatro Real, Madrid
Y después… después la orgía, la sensualidad, la voluptuosidad, el anhelo, el deseo: el himno de Venus, la música del Monte de Venus (Venusberg; Wagner sabía perfectamente lo que hacía): el héroe en los brazos de la concupiscencia, el violín de la lascivia, voyeur en éxtasis, y el himno triunfante de Venus, sexo invicto, saturación de los sentidos, derrame de pasión. Faunos, ninfas, náyades, sátiros, demonios, mujeres, hombres y hasta el mismo dios Pan, todos desnudos copulan con frenesí mientras Venus y Tannhäuser unen también sus sexos en un rito dionisiaco, pagano, diabólico.


Producción de Bruselas
Pero el amor espiritual es más grande que la carne. Después de esta bacanal, el principio del fin: escuchamos de nuevo el canto de los peregrinos y, al fondo, escalas descendentes en las cuerdas, como reminiscencia de la libido. Prosiguen esas mismas escalas descendentes, ahora sirviendo de soporte al motivo del perdón, ese maravilloso tema cromático.

En uno de los finales más memorables, solemnes y sobrecogedores de todo el repertorio musical, la obertura termina con el canto de los peregrinos, ahora en los trombones. No hay palabras para describir semejante cosa. Ese acorde final de mi mayor quedará por siempre en la memoria de quien tenga la dicha de escuchar esta música.
Han pasado apenas catorce o quince minutos y ya todo esta dicho. ¡Y ni siquiera ha comenzado el primer acto!
 
Gran Teatro del Liceo, Barcelona

Teatro Real, Madrid
Existen dos versiones de la ópera: la versión de Dresde, que data de 1845, y la versión de París, de 1861. La obertura, como pieza de concierto, corresponde a la versión de Dresde. En la versión de París, la obertura se liga directamente a la bacanal del Venusberg, que, por cierto, es uno de los pasajes musicales más intensos jamás compuestos: música totalmente erótica, escrita para representar un ballet con escenas de sexo explícito (claro, se trata de una bacanal, no de una kermés infantil).

Teatro Real, Madrid
Los franceses tienen la deshonra de haber abucheado a Wagner en el estreno de Tannhäuser en París. Peor aún, para que la ópera fuera representada en el Théâtre Lyrique, los franceses cometieron la aberración de cantarla en francés. Wagner, que de por sí no sentía ninguna simpatía por los franceses, después de este desaire los consideró subnormales.

La ópera estuvo censurada en España, hasta 1887. Sabemos del extremo conservadurismo clerical que no veía con buenos ojos una ópera con un tema tan sexual (en la España del XIX aún los liberales eran conservadores). Como en París, los españoles cometieron la aberración –no se puede llamar de otra manera– de cambiar el idioma, ahora italiano, pues los productores sabían de la cierta predisposición de los hispano-parlantes hacia la ópera en alemán, inglés, ruso, o cualquier otra lengua que no sea el italiano o el francés.
 
Monte de Venus (Mons Veneris, Venusberg). Fotografía Asís Alcalá

Bruselas
El tema de la ópera es la redención, como casi todos los dramas wagnerianos –hay que recordar que, después de Parsifal, su última ópera, Wagner estaba planeando un drama musical con Jesús de Nazareth como protagonista (¡JC Superstar estilo tedesco!) –. El caballero Tannhäuser ha estado en los brazos de Venus y ha sido morador del Venusberg (¿pueden imaginar metáfora más sexual que esta? Ha sido morador del mons veneris), es decir, ha preferido saciar su lujuria y ha renegado de Dios, cosa terrible, y de Elisabeth, la mujer que le ama con un amor honesto, casto y espiritual. Tannhäuser, como don Juan o como Fausto, y muy probablemente como cualquiera de nosotros, se ha decantado por el hardcore. Al final Tannhäuser, a quien el papa le negó el perdón de semejante pecado, encontrará la salvación gracias a Elisabeth, que murió de amor por él y que rogó por su alma.

Teatro Real, Madrid

Les dejo un link que habla sobre la producción de esta ópera en el Teatro Real de Madrid (una producción con escenas explícitas de sexo): http://www.rtve.es/noticias/20090310/tannhuser-mas-provocativo-explicito-teatro-real/247087.shtml

Comparto con ustedes esta versión completa de la obertura, bajo la batuta de Christian Thielemann. El tempo del final un poco rápido para mi gusto, pero no deja de ser notable esta versión en vivo con la presencia de un emocionado Benedicto XVI (la venganza de Tannhäuser: recordemos que en la leyenda medieval, el papa niega perdón a este caballero). 




Finalmente, pongo a disposición de todo aquel que me lo pida, la obertura Tannhäuser, en archivo de audio digital, dirigida por Georg Solti.
Venus ReX

Barcelona

Barcelona

Bruselas

Bruselas


Por cierto, este mes de mayo es el bicentenario del natalicio de Richard Wagner.



Richard Wagner (1813-1883)

martes, 5 de marzo de 2013

El Sexo como vehículo hacia la Divinidad


El Evangelio de Felipe, los Valentinanos, los Marcosianos y... mucho, mucho Sexo

Cartel publicitario de Benetton

En el siglo II d.C. Valentiniano fundó un movimiento gnóstico que ha sobrevivido hasta hoy. Basado probablemente en el apócrifo Evangelio de Felipe, los valentinianos instituyeron un sacramento que horrorizó (y hasta la fecha horroriza) a algunos cristianos: el Sacramento de la Cámara Nupcial, que simbolizaba la unión entre Cristo y las almas caídas. Con esta unión, el alma caída es finalmente redimida.

Si bien el Evangelio de Felipe utiliza un lenguaje sexual para explicar esta unión (de ahí la “cámara nupcial”), en realidad, al menos para los valentinianos, era una metáfora (que de algún modo se conserva en el catolicismo, en donde se concibe a Cristo como el esposo y a la Iglesia como la esposa). Pero poco más tarde, Marcos, discípulo de Valentiniano, se lo tomó más literal. Surgió así un movimiento gnóstico que instituyó, si damos crédito a San Ireneo, una práctica sexual ritual elevada al rango de sacramento. Una cosa es la metáfora, y otra muy distinta el sexo en vivo. Sin embargo, la intención –si quieren ustedes, ingenua o desatinada– de Marcos, era lograr una unión sagrada, un abrazo espiritual que se basara, no en la concupiscencia ni en la lujuria, sino en el espíritu; una total fusión espiritual del hombre y la mujer, de donde surgiría la “chispa divina” a partir del cual serían concebidos niños con potencial espiritual. Veamos lo que dice el Evangelio de Felipe:

"Hubo dos árboles en el Paraíso: uno producía bestias, el otro hombres. Adán comió del árbol que producía bestias y, convertido en bestia, procreó bestias. Todo aquel que practique el abrazo sagrado encenderá la luz; no concebirá como la gente concibe en el matrimonio ordinario, que tiene lugar en la oscuridad."

Quizá para el católico ortodoxo este párrafo sea una aberración, pero hay que recordar que también el sacramento cristiano del matrimonio santifica la unión del hombre y la mujer, así que, en ese sentido, ambos sacramentos miran, cada uno a su manera, hacia el mismo horizonte.


Pero volvamos al punto en el que estábamos. Ni a san Ireneo (“Adversus haereses”) ni a San Hipólito (“Philosophumena”) les pareció adecuada semejante metáfora sexual, y menos aún los supuestos rituales. Y como estos dos apologistas cristianos fueron casi la única fuente para conocer los escritos gnósticos –hasta el descubrimiento de los rollos de Qumrán, en 1947, en donde se pudo conocer directamente la literatura apócrifa), resulta claro por qué, desde un principio, tanto valentinianos como marcosianos fueron borrados del mapa. Se decía de ellos que seducían a mujeres de la alta sociedad para saquearlas y rebajarlas a esclavas sexuales, cosa que, hemos de reconocer, no ha sido exclusiva de estos movimientos. Así que desde aquellos lejanos siglos estas doctrinas han sido consideradas heréticas por la Iglesia, y, por tanto, han sido combatidas, incluso ahora, toda vez que han resurgido en el movimiento New Age y se han fusionado con doctrinas tántricas. Después de todo, habría que reflexionar si de verdad el sexo como vehículo a la divinidad es tan aberrante como la ortodoxia supone.



El complicadísimo sistema de las valentinianos y los marcosianos, y la innegable connotación sexual, metafórica o real, me inspiraron el relato “El semen de la luz”, que aparece en “Sexo Bíblico Volumen 1” que pueden adquirir en amazon: Sexo Bíblico Vol 1 en Amazon.com ). He aquí un breve fragmento:

¡Yahvé es Lucifer!, exclamó mientras prendía a Alma y le inoculaba saliva. Luego pasó la mano por su rostro. La mujer siguió aquellos dedos largos, huesudos, y sintió una pesadez en los párpados. Se sentó. Simón se postró junto a ella y le pidió que recordara sus anteriores existencias. Alma se tendió y cerró los ojos. Lentamente perdió la voluntad y, no obstante, adquirió una inusitada lucidez. Comenzaron las visiones. Simón le desabrochó la blusa y le besó los pechos. Alma jadeó. Las aberturas de su cuerpo estaban listas para el amor… 
-¡Profetiza! -ordenó Simón-. ¡Abre la boca, habla y vence las barreras del tiempo! El tiempo se ha convertido en un instante, es un eterno presente que puede ser captado por ti en un solo acto. ¡Profetiza! Abre la boca, emite las palabras de la verdad, recuerda el momento cuando fuiste engendrada por el Nous. 
-Sí, el Nous.Alma no estaba hipnotizada. Estaba bien despierta y recordaba sus orígenes (los orígenes). Permaneció con los ojos cerrados. Su rostro adoptó un tono demoníaco y excitante. El delirio la hacía padecer espasmos. 
Los dedos de Simónrecorrieron aquella piel inmaculada.No hubo valle ni montículoque, después de tan sublime recorrido,permaneciera ignoto.Los dedos de Simón, fríos y punzantes,se detuvieron alrededor de los puntos sublimesy los exploraron con la fascinaciónde quien está ante el umbral de un gran misterio.Los dedos de Simón, largos y penetrantes,presionaron los puntos sublimes.Los dedos de Simón, filosos y delirantes,suscitaron reacciones en cada átomo de Alma.Los perfumes que la mujer despidióde todas sus sagradas aberturas, maná supremo,fueron manifestación de su propia divinidad.

Reciban todos un abrazo Espiritual y Cósmico.
Venus ReX

miércoles, 2 de enero de 2013

No es 2013, sino 2019: los Reyes Magos

Cápsula Histórica

A propósito de los reyes magos. Hoy no es 2018, sino por lo menos 2024. La imprecisión del tiempo en la era cristiana.

Supuestamente Jesús nació en el año 753 después de la fundación de Roma. Por lo menos así lo pensó Dionisio el Exiguo, monje al que debemos que hoy sea el año 2018.

El papa Juan I pidió a Dionisio, en 525 d.C., que datara el tiempo a partir de Cristo, de modo que el año 1 fuera el año del nacimiento del Redentor. Y así lo hizo Dionisio. Desde entonces datamos el tiempo suponiendo que el primer año de esta Era fue el año en que nació Cristo. Pero esto es una equivocación, ¡porque Jesús nació por lo menos seis y hasta ocho años antes de Cristo!

Herodes Antipas, hijo de Herodes I, según la película JC Superstar
Si damos crédito al evangelio de Mateo –y cualquier católico daría crédito–, sabemos que Jesús nació en los tiempos de Herodes I, que gobernaba sobre Judea, Samaria, Galilea e Idumea. Es más, sabemos que, advertido del nacimiento del Mesías por unos “magos” (que ni eran tres, ni eran reyes, ni eran magos) que llegaron a Jerusalén preguntando por el “rey de los judíos” que acababa de nacer, Herodes entró en pánico pensando que perdería su reino. Los magos dijeron a Herodes que irían a adorar al Mesías y el rey les pidió que averiguaran dónde estaba ese niño, para ir también a adorarlo. Así que los magos se fueron y el rey esperó en vano su regreso. 

Dice el evangelio de Mateo que los magos fueron advertidos por revelaciones de las funestas intenciones de Herodes, que planeaba matar al Mesías, así que no regresaron. Como no llegaban los magos para revelar el lugar donde moraba el Mesías, el pánico de Herodes se tradujo en acción y ordenó matar a todos los niños nacidos en Belén que fueran menores de dos años. Sí, los niños de Belén, puesto que los profetas hebreos habían vaticinado que el Mesías nacería de la casa de Judá, y David, su más ilustre personaje, era de Belén; además, los mismos magos se lo dijeron. Ahora bien, y aquí está el detalle, el mismo evangelio de Mateo nos indica que José y María huyeron con el niño a Egipto, y ahí estuvieron hasta que murió Herodes. Hasta aquí lo que dice Mateo.

Masacre de los Inocentes, según Rubens
Y he aquí la siguiente pregunta: ¿cuánto tiempo habrá transcurrido entre que nació Jesús, llegaron lo magos a adorarlo, se entrevistaron con Herodes, partieron a Belén, Herodes se quedó esperándolos, ordenó la matanza de los inocentes, la sagrada familia huyó a Egipto y esperaron a que muriera el rey para regresar? Mínimo dos años, si no, no se entendería por qué Herodes mandó matar a todos los menores de dos años. Dice Mateo 2, 16: “Al verse engañado por lo magos, Herodes se enfureció y mandó matar, en Belén y sus alrededores, a todos los niños menores de dos años, de acuerdo con la fecha que los magos le habían indicado.” María y José supieron de la matanza y permanecieron escondidos en Egipto, así que el rey debió vivir algún tiempo luego de ordenar y consumar la matanza.

¡Lo impresionante del caso es que Herodes murió el año 4 a.C.! Así las cosas, hemos de asegurar que Jesús debió nacer por lo menos seis años a.C.: estos cuatro de desfase, y por lo menos los dos del episodio de los magos y la matanza. Pero si a ello agregamos que Herodes vivió un tiempo más antes de que la sagrada familia regresara de Egipto, habría que añadir uno, quizá dos o hasta cuatro años, con lo cual tendríamos que Jesús habría nacido en el año 8 a.C. e incluso en el año 10 a.C.

Jesús como anciano, según el film Last Temptation of Christ
Jesús habría muerto, no de 33 años, sino por lo menos de 40 o más. Cristo se representa como un hombre joven. La verdad es que en la antigüedad un hombre de 33 años era ya viejo, y uno de más de 40 era un anciano. Y para los estándares de los judíos de aquella época, un hombre de más de 40 que no estuviese casado era muy mal visto (“marriage is a duty, and celibacy a sin” http://www.jewishencyclopedia.com/articles/4166-celibacy). Pero dejemos la edad de Cristo para otra ocasión. 

Feliz año a todos; no 2018, sino por lo menos 2024.
Venus Rey Jr

jueves, 27 de septiembre de 2012

Hippies, Psychodelia, LSD, Al-Qaeda, Jenízaros y la película que enfureció a los musulmanes

Cápsula Histórica
 
Hippies, Psychodelia, LSD, Al-Qaeda, Jenízaros y la reciente película que puso furiosos a los musulmanes




Todos conocemos la política de Estados Unidos en medio oriente: salvaguarda de los intereses petroleros que tienen en la región, apoyo total a Israel, desconfianza ante los planes de explotación nuclear de Irán, debilitamiento de los regímenes afines a esta nación, combate frontal a toda forma de terrorismo e intervención, ya directa o indirecta, en los países que fomentan o cobijan el terrorismo. Y para ello cuentan con uno de sus más fieles e incondicionales aliados: Israel.

Sin entrar en teorías conspiracionistas -en las que no creo-, quiero hacer una observación a propósito de la reciente película que provocó la indignación de un sector importante del Islam, lo que a su vez generó ataques a algunas embajadas y consulados de Estados Unidos en la región y la muerte de varios diplomáticos norteamericanos en Benghazi, Libia. Y esta observación en realidad es una ironía difícil de creer.
 
El protagonista del film que ha puesto iracundos a los fundamentalistas islámicos es un actor que guarda gran parecido con un miembro destacado de Al-Qaeda: Adam Pearlman, mejor conocido como Adam Yahiye Gadahn, uno de los miembros de mayor jerarquía de esa organización terrorista. Y los islamistas recalcitrantes están furiosos no tanto porque el papel de Mahoma lo interprete un actor que se parece a este jerarca de Al-Qaeda, sino porque, según ellos, el film ofende de manera imperdonable sus creencias fundamentales. Digamos que un importante sector del mundo islámico está viviendo la censura y el fanatismo que en su momento vivió Europa durante el dominio de la Iglesia Católica –no es prejuicio contra la Edad Media; ya lo explicaré en otro post–. Y no nos sorprendamos, porque en 1988 fundamentalistas católicos quemaron el cine donde se exhibía “La última tentación de Cristo”, de Martin Scorsese, y varias personas resultaron heridas, algunas de ellas gravemente quemadas. ¡Y esto sucedió en París, una de las ciudades más liberales del mundo! Ahora podrán comprender –no justificar, claro– lo que pasó en Benghazi hace unas semanas.
 
La ironía que deseo mostrar es esta: Adam Yahiye Gadahn es norteamericano. Nació en el apacible y hermoso estado de Oregon. Además de ser norteamericano, Adam es de origen judío. Su padre fue Phil Pearlman, uno de los representantes de la psychodelia de los 60’s. Phil Pearlman, como Cohen, Dylan y otros judíos que incursionaron en el rock, fue un hippie consumado que probablemente experimentó con narcóticos y desarrolló una música altamente “pacheca”. Me interesé por Phil Pearlman a partir de un disco que escuché de su banda: Relatively Clean Rivers. Escuchar el disco fue como comer un brownie de marihuana o consumir LSD. Así que, amigos –y esta es la ironía–, uno de los más importantes miembros de Al-Qaeda –quién sabe, en el futuro podría ser el máximo líder de esa organización– no solo es americano, sino también judío. Es un fruto, per accidens, de la cultura hippie que pregonaba el “Peace & Love” y el “Make love, not war”. Y ahora es la versión más actual y mortífera de los antiguos jenízaros que, como ustedes sabrán, eran el cuerpo de elite de los otomanos; un cuerpo constituido por cristianos que habían sido abducidos desde niños y que habían sido adoctrinados para abrazar la palabra de Mahoma. Durante siglos, los jenízaros fueron el terror de los cristianos. Las cosas no han cambiado mucho desde entonces –me refiero al enfrentamiento de la cristiandad contra el Islam-. Solo cambian los protagonistas. 
 
Comuna hippie de finales de los años 60.

Si quieren el disco de Relatively Clear Rivers, con gusto se los doy por Internet, para que se pongan pachecos, auditivamente, claro está.

Reciban todos un abrazo. 
Venus Rex.
Venus Rex, el humilde servidor de todos ustedes
 

lunes, 30 de julio de 2012

La Piedad, de Miguel Ángel


Desde el momento en que Michelangelo Bounarroti creó La Piedad, a los veinticuatro años de edad, desde ese momento alcanzó la inmortalidad.

Título: Pietà
Autor: Michelangelo Bounarroti (italiano; n. 1475 – m. en 1564)
Fecha de creación: 1498-99
Dimensiones: 174 x 195 cm
Material: mármol
Lugar de residencia: San Pedro, Vaticano

 



Fotograma del film de Mel Gibson
Estimados amigos:

“La Pasión de Cristo”, de Mel Gibson, puso al Redentor como la figura del momento en los medios de comunicación. Como creyente que soy, esta idea no deja de tener cierta dosis de ironía, pues parece que ni lo divino escapa al poder de la publicidad. A fin de cuentas, todo es cuestión de mercadotecnia. Alguien ganó mucho dinero con ese film.

El quid es que este fenómeno mediático me da ocasión de compartir con ustedes una obra escultórica de inusitada belleza. Me refiero a “La Piedad”, de Miguel Ángel. ¡Qué obra! Imaginen a un joven de veinticuatro años que es capaz de crear estas maravillas. Francamente impresionante. Esto me hace recordar mis veinticuatro, hace ya dieciocho años (tengo cuarenta y dos), y me sume en una reflexión inquietante: si Bounarroti hubiese muerto a los veintiséis, de todos modos lo consideraríamos uno de los más grandes genios de la humanidad; su existencia no habría sido en vano. Por el contrario, si yo hubiese muerto a los veintiséis, lo más probable es que el mundo no hubiera perdido gran cosa. Así de descarnada es la comparación. Cuando vi esta obra por primera vez en Roma, hace ya mucho tiempo, sufrí el Síndrome de Stendhal.

 
Beethoven

Claro que los Miguel Ángel o los Leonardos no se dan en “serie”, como si se tratara de televisiones Samsung. Esta clase de hombres –y me permito citar palabras del gran Ludwig [por supuesto, van Beethoven]– son néctar precioso que se brinda generosamente a los mortales, regocijo de la humanidad
.

 


Insisto en que, de todas las actividades humanas, las más grandes y excelsas son el arte, la filosofía y la ciencia, y de estas tres estoy convencido que la primera goza de preeminencia. Creaciones como esta “Piedad” son prueba de ello. ¿Quién sería capaz de observar esta obra y no conmoverse? Una piedra. ¿Quién sería capaz de observar esta obra y afirmar que el mundo es absurdo? Un nihilista. En cierto sentido, esta “Piedad” habla por todos los hombres. Nos dice: “¡No todo está perdido! ¡Si los humanos somos capaces de esto, entonces hay esperanza!”

Alejandro VI
Esta obra fue encargada por el cardenal Bilhéres de Lagraulas, embajador francés en la corte del papa Borgia (algo bueno debía salir de esa terrible corte papal). Desde ese momento, a los veinticuatro años, Miguel Ángel alcanzó la inmortalidad.

Un abrazo muy grande para todos.

VENUS Rex

miércoles, 9 de noviembre de 2011

No. 66 Cristo Hipercúbico de Dalí. ¿Catolicismo Surrealista? Con Dalí todo es posible.

Título: Cristo Hipercúbico. 
Autor: Salvador Dalí  (español. n. Figueras, 1904-m. Figueras, 1989)
Fecha de composición: 1954.
Dimensiones: No disponibles.
Técnica: Óleo sobre Lienzo.
Residencia: No disponible.



Estimados amigos:

Dalí es una de las principales figuras del arte en el siglo XX. Si consideramos que él y Picasso fueron quizá los pintores más famosos de ese siglo, entonces el lugar de España en las artes plásticas fue de primerísimo nivel. De hecho, desde los grandes pintores barrocos, España no había tenido figuras tan relevantes –Goya es la excepción–.




Dalí sin duda fue un gran genio. Controvertido, cierto, pero a fin de cuentas genio. En un principio irreverente, escéptico, fanfarrón, extravagante, egoísta, loco, pero siempre genial. Esta actitud desafiante le valió amigos y enemigos por doquier. Sabemos, salvo mejor opinión de ustedes, que Dalí fue el pintor surrealista de más peso. Y también sabemos que el surrealismo, en pocas palabras, es Freud llevado al terreno de las artes. Y las ideas de Freud, sexuales a más no poder, repercutieron, no sé si de modo grotesco o sublime, en las obras surrealistas. El contenido erótico de Dalí es intenso, explícito, amenazador. Pero no me voy a referir a ese aspecto. Me voy a referir a una especie de conversión sufrida por nuestro artista. Una conversión extraña, insólita y, dados los antecedentes, casi incomprensible. Dalí fue siempre el escándalo y el dolor de cabeza de los sectores católicos más conservadores. No obstante, a partir de 1949 incursionó en el terreno religioso.

Hay tres obras clave en esta etapa: “La última Cena”, el “Cristo de San Juan de la Cruz”, y el “Cristo Hipercúbico” que ahora presento.




¿Qué podemos pensar de aquel joven Dalí que se mofaba de la religión y ridiculizaba, junto con Buñuel y otros surrealistas, las jerarquías católicas? Y de pronto cambia la actitud. Ahora tenemos un Dalí que habla de “un renacimiento religioso sobre la base de un Catolicismo progresista”. Ahora tenemos un Dalí que pinta Madonnas y Cristos. Ahora tenemos un Dalí cuyo credo artístico reza: “integración, síntesis, cosmogonía, fe”. Increíble viniendo del autor de “Virgen autosodomizada por los cuernos de su propia castidad” (obra que pertenece a la colección Playboy; ¡virgen que, por cierto, representa a su propia hermana!). 
 
 

Increíble si se trata del autor del “Gran Masturbador” (sin comentarios). ¿Qué pasó con Salvador Dalí? Incluso, según una monografía editada por Taschen, en un momento dado llegó a pedir la aprobación del Papa para uno de sus cuadros. ¿Se estaba burlando? Con Dalí nunca se podía saber.

Pero nada de lo dicho importa. Lo que importa es la perfección, la grandeza, la infinita belleza del Cristo Hipercúbico. Un Cristo surrealista. Y es que, a fin de cuentas, si entendemos bien qué significa la palabra “surrealismo”, por lo menos desde el punto de vista etimológico (“sobre la realidad”), y dejamos a un lado todas las ideas freudianas, podemos buscar un término sustituto que se acerque más a nuestros condicionantes culturales: “sobrenatural”. Toda religión está en el ámbito de lo sobrenatural. Por esta razón, vale decir que toda religión es, en cierto sentido, surrealista. Esto lo digo, desde luego, con todo el respeto y cuidado posibles, para evitar malos entendidos. Este Cristo de Dalí es sublime. Pocas las ocasiones en que el genio humano ha sido capaz de captar lo sobrenatural. Y menos aún las ocasiones en que el genio humano ha sido capaz de plasmar lo sobrenatural en un lienzo. Creo que Dalí se acerca mucho, si no es que de hecho alcanza, esta perfección. Por eso el Cristo Hipercúbico maravilla; por eso el Cristo Hipercúbico inspira; por eso el Cristo Hipercúbico conmociona a quien lo ve. Nadie, creyente o ateo, puede permanecer indiferente. ¡Gala en oración es un plus! Magnífica obra.

En fin, un aspecto de la pintura de Dalí que hay que subrayar.

Reciban todos un abrazo!!!!
Venus ReX