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martes, 4 de junio de 2013

Lesbianas en el arte: Tamara de Lempicka


Ensueños lésbicos de una socialite

Título: Groupe de Quatre nus
Autor: Tamara de Lempicka (1898-1980)
Fecha de composición: 1925
Dimensiones: 130cm x 81cm
Técnica: óleo sobre tela
Residencia: colección privada
 
Grupo de cuatro desnudos
La joven Tamara
Tamara de Lempicka es muy conocida por cuatro razones: por sus cuadros, por ser una socialite, por su bisexualidad, con una especial predilección por las mujeres, y porque Madonna es una de sus más entusiastas fans. Este cuadro, Group of Four Nudes, de 1925, es muestra de esa bisexualidad de acentos más bien lésbicos.

Las cuatro mujeres que aparecen en el lienzo, muy en el estilo del Art Déco, propio de la época, tienen rasgos andróginos. Las cuatro aparecen, si no en éxtasis, sí en un embeleso o arrobamiento producto de la sensualidad, del placer.

Polaca de origen, francesa por convicción, su vida fue un andar por las principales ciudades de Europa y los Estados Unidos, codeándose con la crème de la créme de la haute société y acostándose con los hombres más deseados y las mujeres más hermosas. Cosmopolita por naturaleza, eligió en su ancianidad la apacible ciudad de Cuernavaca, al sur de la Ciudad de México, como su hogar. Ahí vivió hasta que la muerte la sorprendió, en 1980, a los 82 años.


Su nombre original era María Gorska. Fue hija de un acaudalado judío y de una polaca. Su infancia y adolescencia transcurrió entre Rusia, Polonia y Suiza, hasta que contrajo nupcias con un burgués polaco de nombre Tadeo Lempicka, al que dejaría tiempo después, y que la llevó a París. Más tarde, Tamara se casaría con un Barón, y así accedería a la nobleza.

¿A qué se debe el éxito de Tamara de Lempicka en París? En aquella época convergían diversas corrientes artísticas: fauvismo, cubismo, postimpresionismo, expresionismo, etcétera. La misma Tamara nos dice que su éxito se debió a la franqueza y claridad de sus cuadros. En efecto, no suponen ninguna abstracción ni hace falta ser un versado en arte para comprenderlos. Alguien que no sepa de arte podría llegar a confundir un Picasso con un Gris, o un Schiele con un Kokoschka, pero por alguna razón, según dijo ella misma, los cuadros de Lempicka son inconfundibles. 

Con esta simplicidad de líneas, punto medio entre la geometría y los maestros italianos anteriores al renacimiento, Tamara se estaba convirtiendo en pionera del Art Déco, estilo que resultó ser todo un hit en la alta sociedad. Tamara, como socialite que era, supo posicionarse muy bien en la aristocracia europea y norteamericana: no ser retratado por esta artista significaba no ser nadie en la haute société.


Pero volvamos al cuadro. Esta obra está inspirada en el Baño turco, de Ingres, es decir, está inspirada en una de las obras maestras del erotismo universal. 
Ingres: Baño Turco
La sensualidad es evidente.


Relata la historiadora del arte Laura Claridge, en su biografía sobre Lempicka, el origen de esta obra. Señala que, en el París de los años 20, Tamara conoció a una modelo lesbiana con la que intimó. La mujer invitó a Lempicka a su círculo de amigas. Se reunían varias mujeres en el apartamento de esta modelo y, poco a poco, formaban tríos y cuartetos que ocupaban los sillones y los rincones de la estancia. El sexo se desencadenaba. Entonces Tamara ponía y arreglaba la exquisita comida sobre el cuerpo desnudo de su amiga, y se disponía entonces a comer su cena. En este cuadro podemos ver ese espíritu lésbico en frenesí.


Escena del film 9 1/2 weeks en la que los protagonistas comen sobre sus propios cuerpos


Espero que lo disfruten. En lo personal pienso que Tamara de Lempicka se acerca más al pop art que al gran arte -muy apreciada entre el público snob, empezando por Madonna-. Pero esta es mi humilde opinión.

Madonna y su gusto por Lempicka, en el video de la canción "Vogue"

Si alguien quiere adquirir el cuadro, esté dispuesto a desembolsar al menos unos tres millones de dólares, porque la Galería Christie’s lo pondrá a la venta. Aquí les dejo el link, por si quieren pujar:

Una abrazo a todos.
Venus ReX

lunes, 8 de octubre de 2012

Ménage à trois japonés. The Dream of the Fisherman's Wife

Título: El sueño de la mujer del pescador


Autor: Katsushika Hokusai


Fecha: 1814


Dimensiones: 19 x 27 cm


Técnica: Xilografía

Hokusai_Dream_of_the_Fisherman's_wife_Interpretación

“El sueño de la mujer del pescador” (Tako to ama), de Katsushika Hokusai (1760-1849), es uno de los cuadros más impresionantes que he visto. En él se desarrolla una escena que los dejará sin habla: dos pulpos tienen sexo con una mujer. Mientras el pulpo grande le practica un cunnilingus, el pequeño se ocupa de besarle la boca y de estimularle el pezón izquierdo con uno de sus tentáculos. La mujer se ve totalmente inmersa en el placer. Brutal, diría yo. 

Es más, muchos al ver esta obra sienten una especie de horror que se manifiesta aún físicamente. En otros, la obra produce una extraña y siniestra fascinación. Picasso, por ejemplo, se sintió tan atraído a ella que decidió hacer su propia versión en 1903.
Esta obra es uno de los ejemplos más conocidos del arte shunga, es decir, de la pintura erótica japonesa.

Quizá para nosotros, occidentales a fin de cuentas, la imagen sea demasiado fuerte. Yo me preguntaría, antes de juzgar, si estamos entendiendo el contexto, o si tenemos alguna noción de lo que significa un pulpo en la cultura japonesa. 

Pasífae y el Toro
Veámoslo al revés: hay cierto erotismo en la tauromaquia –los que están en contra de las corridas de toros pensarán que lo que digo es un sinsentido–, y quizá por ello los matadores tienen fama de seductores irresistibles. La tauromaquia surgió en Creta para exaltar la virilidad, en un contexto dionisiaco, es decir, en un contexto donde no podía faltar la connotación erótica, orgiástica, exaltada hasta el punto de la muerte. En efecto, el toro, como animal consagrado no solo a Poseidón sino también a Dionisio, simboliza virilidad, fecundidad, ímpetu, fuerza y desenfreno. ¿Será por eso que Pasífae no pudo resistirse al gran toro con el que procreó al Minotauro? 


"Pasífae y el Toro", Vilanova, España, del escultor Óscar Estruga

Si ustedes recuerdan la película Jamón, Jamón, de Bigas Luna, el personaje que hace Javier Bardem se excita cada vez que se pone a torear. Quizá para un japonés no tendría ningún sentido decir que la fiesta brava tiene un elemento erótico, y se horrorizaría al pensar que alguien pudiera albergar semejante idea (es más, a muchos taurinos ni siquiera les pasaría esto por la cabeza). Por fortuna hay japoneses y occidentales cosmopolitas que pueden alcanzar una comprensión de culturas ajenas y que, en tal virtud, están en aptitud de interpretar obras de arte o costumbres que, de otro modo, les serían completamente inaccesibles.

Tako to ama, detalle
 El pulpo, según entiendo, tiene en la cultura japonesa una connotación erótica. Y no hace falta ser un mago para saberlo, ni ser japonés, pues cualquiera llegaría a esta conclusión a partir de los numerosos ejemplos de shunga en donde este animal aparece en situaciones sexuales con mujeres, y a juzgar por el género “Tentacle Erotica” (shokushu goukan), surgido en Japón a finales del siglo XVIII, y muy común en el Hentai actual. En el macho, uno de los tentáculos es el órgano sexual: de ahí el Tentacle Erotica. Con esto en consideración podemos empezar a entender un poco el cuadro de Hokusai. Si bien muchos han dicho que se trata de una escena de violación (shokushu goukan), lo cierto es que no, y ello por dos razones: 1) la mujer está en medio de un intenso éxtasis, lo cual no sucedería si estuviera siendo violentada; y 2) los textos que aparecen en el cuadro, si se traducen, expresan gozo por todos los involucrados en el acto sexual. Más que un gang bang, el cuadro es un ménage à trois, placentero, consensuado, intensamente disfrutado por todos los participantes. Es más, ¡de la traducción del texto sabemos que el pulpo pequeño es hijo del pulpo grande!

Así que, amigos míos, la siguiente vez que vayan a un restaurante japonés, no se olviden de disfrutar unos ricos y deliciosos pulpos, ya sea en sashimi o en nigiri. Y mientras se deleitan, no dejen de recordar esta imagen clásica del erotismo japonés.

Sashimi de pulpo


Reciban todos un muy fuerte abrazo.
Venus ReX

jueves, 2 de febrero de 2012

Libros No. 2 Deseo, de Aline Pettersson




Deseo
Aline Pettersson
Alfaguara, 119 p.
Calificación: 


 No pierdas tu tiempo
 Solo para fans del autor o interesados en el tema
 Vale la pena leerlo
 Muy recomendable
 Absolutamente imprescindible

Deseo es una novela de la mexicana Aline Pettersson publicada en 2011. El tema de la novela es, valga la redundancia, el deseo. Me refiero, claro está, a la pulsión sexual. Narra la historia erótica de una mujer, desde que es pequeña hasta que muere, ya anciana.

El personaje central es Leonora. Los demás personajes tienen una función transeúnte durante los 21 relatos, casi todos ellos eróticos, que componen la novela, y en la mayoría de los casos ni siquiera sabemos sus nombres.

La virtud de esta obra es que puede leerse como novela, o bien como una serie de cuentos. Y en este último caso, uno podría empezar la lectura no necesariamente al principio, sino en cualquier capítulo. Cualquiera de los cuentos tiene independencia y autonomía, y puede leerse por simple placer. Es notable cómo, a través de relatos que podrían ser inconexos, la autora logra un notable mosaico de la vida de Leonora.

http://vi.sualize.us/view/269f872437faafe1e0153bab7ccf1dc9/
He leído obras que pretenden ser una biografía sexual, digámoslo así, como “La vida sexual de Catherine M” (Catherine Millet, Anagrama), o Fanny Hill (John Cleland, Tusquets), pero una que abarque toda la vida del personaje, e incluso su muerte, creo que solo esta. En el primer capítulo (Bendita sea tu pureza), por ejemplo, la niña Leonora, conducida por esa pulsión sexual que estará presente en todos los cuentos –es decir, en toda su vida–, no resiste asomarse “para espiar por debajo del rojo faldón que cubre el cuerpo herido de Jesús.” Y desde la tierna infancia (Bendita sea tu pureza), el recorrido es prodigioso: la primera regla (La gitana), la infatuación provocada por un profesor en la escuela (La buena suerte), la atracción hacia una adolescente de su propio sexo (El piano), el primer enamoramiento, los primeros besos y las primeras caricias (El lucero de la tarde), los primeros tocamientos en los pezones (Sucedió en el bosque), la primera relación sexual (La lluvia), un poco de sexo oral (El mar), hasta su vida adulta, ya casada, y luego el declive. 
 
Destaca, a medio libro “La obertura”, en donde la autora juega con el nombre de la protagonista que coincide con el célebre personaje de la ópera Fidelio, de Beethoven. En este relato nos damos cuenta que Leonora es una mujer casada. 


Inmediatamente sigue el ralato que, en mi opinión es el mejor logrado de todo el libro: “La flauta dulce”. Creo que por este único relato vale la pena esta novela. Se trata de un Ménage à trois. Leonora y su esposo conocen a un matrimonio y se empiezan a frecuentar. Entre ellos nace la amistad y de ahí se van dando los pasos para que, una noche, en ausencia del amigo, Leonora y su esposo compartan una increíble experiencia sexual con su amiga que termina en una explícita y descarnada narración de las dos mujeres haciendo el sexo oral al hombre y recibiendo el semen en sus bocas.


A partir de ahí, el libro comienza a debilitarse. Y es normal, porque la protagonista se convertirá en una mujer madura y luego en una anciana. Tarde o temprano su ritmo tenía que menguar. Sin embargo, la protagonista se da las ocasiones para incrementar su repertorio de proezas, como la relación sexual con su sobrino (El descubrimiento), desde luego varios años más joven que ella, o el breve encuentro que sostiene con un extraño (El elevador), o bien la cita que tiene con un hombre que la lleva a una exposición de arte (La exposición). 

El declive se percibe claramente a partir de “La lámpara”. Leonora ya no es la misma. Su marido ya no la prende, no enciende en ella el fuego de la pasión. De repente su vida íntima comienza a ser aburrida: “¿Dónde ha quedado ese placer inaudito de antes?” –se pregunta.

Hacia el final de libro encontramos a una Leonora cansada que recuerda el pasado (El lecho) y se da cuenta que aquel tiempo no volverá. Se sabe cercana a la muerte, pero ello no le impide sostener alguna relación senil (La mano). Finalmente, nuestra entrañable Leonora muere en la tranquilidad de su cama, en medio de sus familiares (El mar y los bosques).

Relato que pretende ser precioso, lo cual se logra durante buena parte de la obra, Deseo es una novela que aborda la vida de una mujer desde la única perspectiva del erotismo. Vale la pena leerla. Se lee ágilmente y, como es breve, basta una tarde para devorarla. La autora es una verdadera maestra de la escritura y sabe cómo impregnar de poesía su narrativa.

Venus Rey Jr (Venus Rex)

Aline Pettersson