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lunes, 6 de mayo de 2013

Genitales femeninos en el arte. Courbet: El origen del mundo


Los genitales femeninos en el arte

Título: El origen del mundo
Autor: Gustave Courbet (Francia)
Estilo: Realismo
Fecha de composición: 1866
Dimensiones: 46 x 55 cm
Residencia: Museo d’Orsay, París.



Gustave Courbet es, sin duda alguna, el más grande expositor del realismo francés. El realismo fue (y es) una corriente cuyo credo estético consiste en ser lo más fiel a la realidad. En el siglo XX esta corriente fue muy criticada porque el arte dejó de ser figurativo. La actual versión del realismo es el hiperrealismo.

"El sueño"
Ya he tenido ocasión de comentar algún cuadro de este pintor, y dicha entrada se mantiene como una de las más visitadas de mi blog. Me refiero a “El sueño”, obra que muestra a dos mujeres en la cama (haz clic aquí para ver la entrada "Lesbianismo en el arte"). Yo creo que el cuadro que ahora les presento, y que lleva el sugestivo título de “El origen del mundo”, será muy bien recibido por todos ustedes.

"El origen del mundo", exhibido en el Museo d'Orsay, París

Pero volvamos al “Realismo”. La siguiente frase, atribuida a Courbet, resume la esencia de este movimiento:
“¿Me piden que pinte un ángel? Nunca he visto un ángel. El día que vea uno, lo pintaré.”
En efecto, Courbet pinta paisajes, escenas cotidianas, sensuales desnudos. No existen los grandes temas mitológicos ni religiosos. En este sentido, la pintura de Courbet no es pretensiosa. Lo único que quiere nuestro artista es apegarse lo más posible a la realidad.

"Mujer con medias blancas"
“El origen del mundo” es una obra que causa opiniones encontradas. Desde su creación y presentación, allá en 1866, fueron muchos los que encontraron este cuadro sucio, indecente, repugnante, pornográfico; supongo que es porque creen que el sexo femenino es también sucio, indecente y repugnante, y que su representación pictórica sólo puede pertenecer al ámbito de la más vulgar pornografía. De hecho este cuadro no fue expuesto públicamente sino hasta ¡1988! Es más, hace apenas unos años (2009), la policía de Braga, Portugal, incautó ejemplares de un libro que tenía como portada “El origen del mundo”, y en 2011 Facebook deshabilitó la cuenta de un usuario que había puesto este cuadro en su perfil.
Goya: "Maja desnuda"
Por mi parte, encuentro esta obra maravillosa; tan maravillosa como el sexo femenino. “El origen del mundo” exhibe el sexo de la mujer tal cual, sin embellecimiento ni toques manieristas o tremendistas. Fue el primer cuadro en presentar explícitamente el vello del pubis, aunque hay que decir que la “Maja desnuda” de Goya los esboza sutilmente (en su momento, ese cuadro también fue considerado pornográfico). Antes, los pintores no pintaban nada en esa parte de la anatomía femenina, como si se tratase de una muñeca Barbie.


Hoy en día, “El origen del mundo” se ha ganado un lugar de preeminencia en el arte erótico y se ha constituido en una de las principales atracciones del Museo d’Orsay, en París. He tenido la dicha de ver esta obra “cara-a-cara”, si se me permite la expresión.  Es tan realista que dan ganas de tocarla.
Este cuadro demuestra que no hay nada sucio ni vergonzoso en el sexo femenino; al contrario, esta obra demuestra que el sexo femenino es tan hermoso que siempre debió ser tenido en consideración por el arte.
Y para finalizar, y como encore, les presento este póster de la artista serbia Tanja Ostojic, de 2005. Lleva por título “EU panties”. Y la verdad es que no sólo parodia a Courbet; principalmente parodia a la Unión Europea.
EU Panties, 2005

Tengan ustedes un excelente día. Ah, y no dejen de leer mi libro "Sexo Bíblico", que lo pueden encontrar en amazon. El ebook sólo cuesta 2,99 dólares americanos:
Venus Rex

miércoles, 16 de marzo de 2011

No. 51 La no-pipa de Magritte frente al realismo de Richter. Dos grandes del siglo XX.

Título: Ema – Akt auf einer Treppe (Ema – Desnudo en una escalera).



Autor: Gerhard Richter (alemán. n. Waltersdorf, 1932)
Fecha de composición: 1966.
Dimensiones: 200 x 130 cm.
Técnica: Óleo sobre tela.
Residencia: Museum Ludwig, Colonia.

 
Estimados amigos:

¿Qué tal lo pasaron con Magritte y la famosa pipa? Pues claro que no era una pipa, sino la
representación de una pipa. Un muy querido amigo me escribió: “no es un pipa, porque no la puedes agarrar y fumártela”. Y tiene toda la razón. Se trata, en todo caso, de la representación de una pipa, cosa muy distinta que una pipa. 
He ahí el giro copernicano: el arte no tenía por qué ser representativo; es más, el arte iba a romper con la representación, y de una manera por demás violenta.

Schopenhauer
Esto me recuerda a Schopenhauer: “El mundo como voluntad y representación”. No es que el mundo objetivo exista allá afuera; es la voluntad quien se lo crea. Y así, en el siglo XX cualquier cosa puede ser arte, siempre que así lo quiera el artista; se trata de un acto de voluntad, más que de técnica o de creatividad. Por eso –y aquí abundan los abusos y las malas intenciones– cualquier manifestación, por absurda que sea (recordemos la “Línea blanca sobre fondo blanco”), puede pasar por arte. De ahí que el siglo XX sea, en este rubro, un verdadero caos donde conviven genialidad y esnobismo. Pero sigamos a la genialidad.



Richter
Hay un pintor alemán, cuya técnica perfecta reivindica al arte moderno. Se trata de Gerhard Richter, nacido en 1932 (hasta donde sé, sigue vivo). Sus trazos son tan precisos como una fotografía. Es más, su estilo se conoce como foto-realismo. Pinta lo que el ojo ve, con una maestría muy difícil de superar. Se trata de un hiperrealista. Pero no por ello sus cuadros dejan de ser fantásticos. Observen este desnudo: es tan real y al mismo tiempo tan fantasmal. ¡Maravilla de los sentidos! 




Como encore les envío otra obra, de este mismo pintor, aún más real, si tal cosa es posible. Se trata de
Betty, la hija del maestro, retrato que rompe totalmente con la tradición del género (el rostro de la muchacha ni siquiera lo vemos, aunque su presencia es más real que si la viéramos caminando en la calle). Algunos han negado que se trata de un retrato, como si sólo los rostros fueran susceptibles de ser retratados; como si el rostro fuera la única fuente del carácter y la personalidad. Por eso este cuadro es tan notable. Se trata de óleo sobre tela, y la obra está fechada en 1988. Desgraciadamente no está exhibida en museos, pues pertenece a la colección privada del maestro, de modo que nos tendremos que conformar con el “Art Book” de Phaidon.





En fin, son dos obras tan reales como fantásticas.
Estoy seguro que los disfrutarán.


VENUS